3I/Atlas

Cuenta atrás para 3I/Atlas: el enigma interestelar que pone a la NASA bajo la lupa antes del 19 de diciembre

Imagen capturada desde una misión espacial que muestra el objeto 3I/Atlas en su trayectoria interestelar hacia la Tierra.

3I/Atlas, el objeto interestelar que comanda la atención global, se acerca a la Tierra. La NASA despliega un operativo sin precedentes para estudiarlo, mientras la comunidad científica y el público aguardan respuestas clave sobre su origen y posible impacto.

Al filo de esta segunda mitad de noviembre, el enigma 3I/Atlas vuelve a encender debates y nervios en la comunidad científica. No estamos ante un simple cometa más: se trata de un objeto de origen interestelar, un “forastero cósmico” que llega desde más allá de nuestro sistema solar y que tendrá su punto de máxima aproximación a la Tierra el próximo 19 de diciembre. Una cita marcada en rojo en los calendarios de astrónomos, agencias espaciales… y también de quienes sospechan que no nos están contando todo.

Desde su detección, 3I/Atlas ha descolocado muchos modelos clásicos. Su trayectoria, su brillo y su comportamiento lo sitúan fuera de lo que se considera “normal” para un cometa típico. Científicos como Aby Lev, de Harvard, reconocen abiertamente que este visitante abre una ventana única para estudiar material procedente de otros sistemas estelares. Cada kilómetro que recorta hacia nuestro vecindario es una oportunidad para recoger datos que, potencialmente, podrían cambiar nuestra comprensión del cosmos.

La respuesta institucional ha estado a la altura de la rareza del objeto. La NASA coordina un auténtico “operativo en red”: una docena de misiones repartidas por el sistema solar –desde órbita marciana hasta sondas situadas a millones de kilómetros– están alineadas para observar y medir a 3I/Atlas desde todos los ángulos posibles. El objetivo no es solo trazar con precisión su trayectoria, sino compararlo con los cometas de origen local y desentrañar qué lo hace diferente en composición, dinámica y comportamiento.

Es precisamente esa intensidad en el seguimiento lo que ha encendido otro frente: el de la sospecha. En redes y foros especializados no faltan voces que acusan a la NASA de “secuestrar” imágenes y datos clave sobre 3I/Atlas, dosificando la información al público mientras los telescopios capturan material de enorme valor científico. La agencia, por su parte, defiende que se trata de un esfuerzo coordinado y riguroso, pensado para garantizar que las conclusiones se basen en análisis sólidos y no en interpretaciones apresuradas.

3i/Atlas: Two paths - Same speed accross the sky. cc ShivaMeucci

Conforme se acerca el 19 de diciembre, el clima es una mezcla de fascinación y cierta inquietud. Algunos temen que 3I/Atlas pueda traer consigo sorpresas desagradables; otros lo ven como un mensajero privilegiado de información sobre otros rincones de la galaxia. Aby Lev, como muchos de sus colegas, muestra prudencia y esperanza: confía en que este encuentro sea, sobre todo, una oportunidad científica histórica.

Sea cual sea el desenlace, algo parece claro: 3I/Atlas ya ha cumplido una primera misión antes incluso de rozar su punto más cercano a la Tierra. Ha obligado a la ciencia, a las agencias espaciales y a la opinión pública a mirar de nuevo hacia el cielo y a hacerse preguntas incómodas sobre lo que sabemos –y lo que aún ignoramos– del espacio profundo. El resto, lo contarán los datos que lleguen en estas próximas semanas decisivas.