Apple lanza el iPhone Pocket por 200€ y se agota en solo horas
Apple ha vuelto a agitar el mercado —aunque esta vez no por un dispositivo revolucionario, sino por un accesorio inesperado—. El nuevo ‘iPhone Pocket’, una funda-correa textil que se vende en dos versiones y cuya variante larga cuesta 229,95 dólares, se ha agotado en cuestión de horas en varios de los países donde se lanzó el 14 de noviembre. El producto, concebido como un “bolsillo suplementario” para llevar el iPhone sobre el cuerpo o enganchado a bolsos y mochilas, ha desatado un intenso debate sobre precio, diseño y estrategia.
Mientras una parte de los usuarios critica que Apple cruce una nueva línea en la monetización de accesorios con márgenes muy elevados, otros celebran el movimiento como un paso más en la integración entre moda, tecnología y textiles avanzados. En medio de esa discusión, el iPhone Pocket se ha convertido en un fenómeno viral en redes sociales, tanto por sus defensores como por los memes que lo comparan con el icónico “mankini” de Borat.
Este enfoque encaja con la trayectoria de Apple en productos como el Apple Watch o los AirPods, que ya forman parte de la vestimenta diaria de muchos usuarios. La incorporación de materiales textiles avanzados y diseños pensados para llevar el iPhone de nuevas maneras puede interpretarse como un paso más en la construcción de un ecosistema vestible, en el que los dispositivos se integran físicamente en el cuerpo y en la indumentaria del usuario.
Estrategia, tendencias y futuro
El iPhone Pocket abre interrogantes sobre la dirección estratégica de Apple en los próximos años. Para algunos analistas, se trata de un simple capricho de diseño con vocación limitada. Para otros, es una señal de que la compañía está tanteando el terreno de nuevas categorías de productos vestibles, donde la frontera entre accesorio, prenda y dispositivo se difumina.
Lo cierto es que, guste o no, el iPhone Pocket reabre la conversación sobre cómo llevamos nuestros teléfonos y hasta qué punto la tecnología puede integrarse en la moda cotidiana. Con un precio que muchos consideran excesivo, pero con una demanda inicial que lo ha dejado agotado en horas, el accesorio se convierte en un síntoma más de la capacidad de Apple para convertir casi cualquier objeto en un fenómeno global… y en un recordatorio de que el futuro de la tecnología podría pasar tanto por los chips como por las telas.