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Caos aéreo en EE.UU.: el cierre del Gobierno amenaza con colapsar los vuelos antes del Día de Acción de Gracias

Caos aéreo en EE. UU.: el cierre del Gobierno amenaza con colapsar los vuelos antes del Día de Acción de Gracias

El secretario de Transporte, Sean Duffy, lanzó una advertencia contundente: si el cierre del Gobierno federal continúa, los viajes aéreos en Estados Unidos podrían reducirse drásticamente en las próximas semanas, afectando a millones de pasajeros justo antes del Día de Acción de Gracias, la fecha de mayor tráfico aéreo del año.

La parálisis del Gobierno de Estados Unidos no sólo ha golpeado la administración pública y la economía, sino que ahora amenaza con generar una crisis aérea sin precedentes. El secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió que las operaciones de vuelo podrían reducirse “a cuentagotas” en cuestión de días si no se llega a un acuerdo político que permita reabrir la administración.

“Va a empeorar. En dos semanas, muchos no podrán subirse a un avión para reunirse con sus familias”, aseguró Duffy en una entrevista con CNN, subrayando el impacto humano que tendría una prolongación del cierre en uno de los periodos de mayor movilidad del país.

De acuerdo con datos del Departamento de Transporte, la Administración Federal de Aviación (FAA) ya ha implementado una reducción del 4 % en las operaciones aéreas en 40 de los principales aeropuertos del país, incluidos hubs estratégicos como Atlanta, Chicago, Dallas y Los Ángeles. Si la situación se mantiene sin resolver, el recorte podría alcanzar el 10 % el próximo 14 de noviembre, justo antes del comienzo de la temporada alta de viajes.

El cierre del Gobierno, que se extiende ya por más de cinco semanas, ha dejado a miles de empleados federales sin sueldo, incluidos controladores aéreos, técnicos de mantenimiento y personal de seguridad en aeropuertos. Muchos de ellos continúan trabajando bajo la categoría de “servicios esenciales”, pero el cansancio y la falta de compensación económica comienzan a pasar factura.

Las aerolíneas estadounidenses han comenzado a diseñar planes de contingencia para hacer frente a posibles cancelaciones masivas y demoras prolongadas. Brussels Airlines, Delta y United Airlines reconocen que la falta de personal operativo podría provocar cuellos de botella en el control de tráfico aéreo, generando un efecto dominó en vuelos domésticos e internacionales.

Además del impacto inmediato en los pasajeros, la industria aérea alerta sobre las consecuencias económicas de un cierre prolongado. Según estimaciones del sector, cada semana de parálisis podría suponer pérdidas de más de 400 millones de dólares por cancelaciones, costes de reprogramación y compensaciones a viajeros.

El momento no podría ser más delicado. El Día de Acción de Gracias, que se celebra el último jueves de noviembre, moviliza anualmente a más de 55 millones de personas en todo el país, gran parte de ellas por vía aérea. Un colapso del sistema en esas fechas podría tener repercusiones políticas y económicas de gran calado.

El propio Duffy instó al Congreso a actuar “de inmediato” para evitar un colapso operativo: “Cada día que pasa sin un acuerdo, aumenta el riesgo de que miles de familias no puedan reunirse. Esto ya no es un problema de política, es un problema de país”, remarcó.

Por ahora, la solución depende de la Cámara de Representantes, que aún debe aprobar el proyecto de ley para reabrir el Gobierno antes de que llegue al escritorio del presidente Donald Trump. Mientras tanto, las aerolíneas y los aeropuertos se preparan para lo peor: una temporada festiva marcada por retrasos, cancelaciones y caos en los cielos estadounidenses.