Competencia tecnológica | Pekín refuerza su apuesta por la autosuficiencia en chips

China ofrece subsidios eléctricos del 50% a tecnológicas para impulsar los chips de IA locales

China ofrece subsidios eléctricos del 50% a tecnológicas para impulsar los chips de IA locales - UNSPLACH / ABOODIVESAKARAN​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​

En un nuevo movimiento para fortalecer su industria nacional de semiconductores, China ha comenzado a ofrecer subvenciones energéticas a gigantes tecnológicos como ByteDance, Alibaba y Tencent. Las ayudas, que cubren hasta la mitad del costo eléctrico, buscan compensar el impacto del veto a los chips de Nvidia y acelerar la adopción de procesadores de Huawei y Cambricon.

El Gobierno chino ha decidido redoblar su estrategia de independencia tecnológica ofreciendo subvenciones de energía eléctrica a las principales compañías tecnológicas del país, con el objetivo de incentivar el uso de chips de inteligencia artificial producidos localmente, según informó el Financial Times. La medida llega tras el impacto económico y operativo causado por la prohibición de adquirir chips de Nvidia y otras firmas estadounidenses, impuesta por Pekín como respuesta a las restricciones comerciales de Estados Unidos.

De acuerdo con el reporte, las autoridades locales de Gansu, Guizhou e Inner Mongolia han ofrecido cubrir hasta el 50% de los costos eléctricos de los centros de datos que utilicen procesadores nacionales, como los desarrollados por Huawei y Cambricon. Estos incentivos buscan mitigar los altos costos energéticos derivados de la sustitución de chips extranjeros por alternativas locales, que aunque cada vez más avanzadas, todavía presentan mayor consumo energético y menor eficiencia computacional en comparación con los chips de Nvidia o AMD.

El movimiento refleja la intención del Partido Comunista Chino de acelerar la transición tecnológica hacia una industria de semiconductores autosuficiente, reduciendo la dependencia de componentes estadounidenses y fortaleciendo su cadena de suministro en medio de la guerra tecnológica con Washington. El impulso se enmarca dentro de la estrategia “Made in China 2025”, que busca situar al país como líder en tecnología avanzada, inteligencia artificial y computación cuántica antes del final de la década.

Fuentes cercanas a las empresas consultadas por el Financial Times aseguran que varios grupos tecnológicos, entre ellos Alibaba Cloud y Tencent, habían expresado quejas ante los reguladores por los altos costos operativos asociados con los nuevos chips domésticos. Aunque el Gobierno ha acelerado la inversión en investigación y desarrollo, los semiconductores chinos todavía se encuentran uno o dos años por detrás de los de sus competidores internacionales en rendimiento y eficiencia.

Los subsidios eléctricos, según analistas del sector, son una respuesta pragmática para mantener la competitividad de las empresas chinas, especialmente en el segmento de centros de datos, donde el consumo energético es colosal. Solo una instalación de gran escala puede demandar cientos de megavatios, equivalentes al consumo de una ciudad mediana. En ese contexto, reducir los costos de electricidad hasta en un 50% podría marcar la diferencia entre mantener la rentabilidad o frenar la expansión de los servicios de IA en China.

El impacto de esta política ya se refleja en los mercados. Las acciones de Huawei en la bolsa de Shenzhen subieron un 2,4%, impulsadas por la expectativa de mayor adopción de sus chips Ascend y Kirin AI. De igual forma, Cambricon Technologies, uno de los principales fabricantes de procesadores de IA de China, experimentó un salto del 3,1% tras conocerse la medida. En contraste, los analistas señalan que el movimiento podría intensificar la rivalidad con Estados Unidos, especialmente en un momento en que la administración Trump mantiene estrictos controles de exportación sobre semiconductores avanzados.

Esta política de subsidios consolida la estrategia de Pekín de estimular la innovación tecnológica interna, pero también muestra las tensiones económicas derivadas de la fragmentación del comercio global. Mientras China busca reducir su dependencia de Nvidia y otras empresas estadounidenses, Washington sigue reforzando su postura de bloqueo tecnológico, convencido de que la supremacía en inteligencia artificial y semiconductores definirá el equilibrio de poder del siglo XXI.