La diplomacia internacional en tiempos de cambio: China, Rusia y la subyugación europea ante EEUU
El politólogo Jasiel París analiza cómo se están configurando bloques alternativos a la OTAN, con China y Rusia consolidando su poder en una lucha por la hegemonía mundial. Europa se encuentra entre la espada y la pared, atrapada entre la presión de EEUU y su propia búsqueda de autonomía.
La alianza de China y Rusia ha emergido como una de las principales fuerzas que desafían el dominio occidental liderado por Estados Unidos. Jasiel París, politólogo experto, destaca cómo la creciente cooperación entre ambas potencias, reforzada por sus avances militares y tecnológicos, está configurando un nuevo orden mundial.
Un ejemplo claro de este empoderamiento se vivió en el desfile del 80 aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia contra la Agresión Japonesa, celebrado en China. Durante el evento, se exhibieron misiles balísticos intercontinentales y tecnología hipersónica, lo que no solo subraya los logros militares de China, sino también su creciente capacidad para proyectar poder global. En este contexto, el bloque liderado por China se presenta como una alternativa viable frente al decadente sistema de la OTAN, al cual muchos consideran cada vez más subordinado a los intereses de Estados Unidos.
Por otro lado, la Unión Europea se ve atrapada en un dilema estratégico. Si bien busca un protagonismo en el escenario global, especialmente en su apoyo a Ucrania, la falta de una estrategia unificada y su dependencia de la política exterior estadounidense hacen que su papel en la contienda internacional sea cada vez más incierto. La presión de Washington sobre Europa ha sido constante, obligando a los países europeos a alinearse con las prioridades de la Casa Blanca, a menudo sin contar con un consenso interno que respalde esa dirección.
Por su parte, Estados Unidos se enfrenta a un panorama complejo. Bajo la administración de Donald Trump, la nación intentó mantener su influencia global, pero los signos de declive en su poderío económico y militar son cada vez más evidentes. China, por su parte, no solo ha consolidado su liderazgo en la región asiática, sino que también ha sabido ganar aliados estratégicos como Rusia y Corea del Norte, lo que la posiciona como una fuerza global que podría redefinir las reglas del juego internacional.
Sin duda, la diplomacia internacional está atravesando por un proceso de reconfiguración. China y Rusia, con sus avances tecnológicos y sus alianzas estratégicas, han dado un paso adelante, mientras que Europa se enfrenta a un dilema existencial respecto a su relación con Estados Unidos. Los próximos años serán cruciales para determinar si estos bloques alternativos logran consolidarse como una alternativa real a la hegemonía occidental.