Irán rompe su pacto nuclear con la IAEA tras la última resolución del organismo
Irán confirmó este jueves que da por terminado el acuerdo de cooperación nuclear con la IAEA firmado en El Cairo en septiembre, apenas horas después de que el organismo aprobó una resolución exigiendo “cooperación plena y sin demora”. La decisión supone un vuelco en la frágil relación entre Teherán y la comunidad internacional y abre un escenario incierto para la seguridad regional.
El Gobierno iraní ha dado un paso que rompe el último hilo que aún mantenía abierta la vía del diálogo nuclear. El ministro de Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, anunció que Teherán “ya no forma parte” del acuerdo de cooperación firmado con la IAEA en El Cairo, un mecanismo destinado a facilitar inspecciones y transparencia técnica en instalaciones nucleares del país.
La declaración llega apenas unas horas después de que el Consejo de Gobernadores de la IAEA aprobara una resolución que exige a Irán entregar información precisa sobre sus reservas de uranio enriquecido, reabrir el acceso a centros nucleares previamente restringidos y cumplir de forma inmediata el Protocolo Adicional, que habilita inspecciones sin previo aviso.
Según Araghchi, el pacto estaba “muerto en la práctica” desde que tres países europeos —Francia, Reino Unido y Alemania— promovieron en Naciones Unidas el restablecimiento de resoluciones sancionadoras previamente levantadas. Este “movimiento ilegal”, afirmó, eliminó la base jurídica del acuerdo. Hoy, aseguró, Teherán se ha limitado a “formalizar lo que ya era un hecho”.
Un acuerdo que duró menos de tres meses
El Acuerdo de El Cairo había sido presentado como un intento de reconstruir la confianza perdida tras años de desencuentros, sanciones y restricciones mutuas. Permitía restablecer ciertas inspecciones, aumentar la comunicación técnica y rebajar tensiones mientras se buscaba un marco más estable de cooperación.
Sin embargo, la creciente presión internacional sobre Irán —alimentada por la acumulación de 440 kilos de uranio enriquecido al 60% y los ataques recientes contra instalaciones nucleares en territorio iraní— precipitó el deterioro. Con la resolución aprobada por 19 de los 35 miembros de la IAEA, Teherán interpreta que Occidente ha cruzado una línea que deja sin sentido cualquier compromiso previo.
El hartazgo iraní y el mensaje al mundo
Araghchi insistió en que su país no aceptará “presiones ni imposiciones disfrazadas de diplomacia técnica”. El ministro subrayó que Irán seguirá defendiendo que su programa nuclear tiene fines exclusivamente civiles, aunque la falta de cooperación y el aumento del nivel de enriquecimiento han generado preocupación en la comunidad internacional.
La ruptura del acuerdo envía un mensaje claro: Teherán está dispuesto a tensar de nuevo el tablero nuclear si percibe que la supervisión internacional va más allá de lo que considera aceptable. Pero también deja al régimen más expuesto a sanciones, aislamiento diplomático y una posible escalada en el Consejo de Seguridad.
Un ecosistema regional ya cargado de tensión
La región llega a este punto con numerosos frentes abiertos. En los últimos meses, instalaciones iraníes han sido blanco de ataques atribuidos a Israel, mientras que milicias aliadas de Teherán en Siria, Irak y Líbano han incrementado sus acciones. Cada revés en el marco nuclear se traduce en un incremento de la volatilidad en Oriente Medio, donde la desconfianza es ya la norma.
A esto se suma que la IAEA, dirigida por Rafael Grossi, ha advertido repetidamente que la cooperación iraní está en su nivel más bajo en más de una década, y que algunos centros nucleares clave llevan meses sin acceso para los inspectores.
¿Y ahora qué? Escenarios abiertos
La salida formal de Irán del acuerdo plantea varias incógnitas:
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¿Responderán los países europeos con nuevas sanciones?
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¿Tratará la IAEA de reabrir la vía técnica o dará paso a un enfrentamiento político?
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¿Buscará Washington una presión coordinada o evitará escalar antes de un posible nuevo ciclo de negociación?
Teherán asegura que mantendrá su compromiso con las salvaguardias básicas, pero sin un marco ampliado, el organismo pierde capacidad para verificar el estado real del programa nuclear iraní.