Israel reduce al ‘mínimo’ su ofensiva en Ciudad de Gaza tras el llamamiento de Trump y el primer gesto de Hamás hacia un acuerdo
Army Radio y la radiotelevisión pública Kan informan de que el Gobierno israelí ha ordenado al IDF limitarse a maniobras defensivas en Ciudad de Gaza después de que el presidente de EE. UU., Donald Trump, instara a detener los bombardeos para facilitar la liberación de rehenes. La Oficina del Primer Ministro asegura estar lista para activar la primera fase del plan que pondría fin a la guerra y traería a casa a los secuestrados.
El tablero de Gaza se movió esta madrugada con la fuerza de un titular: el liderazgo político israelí ha ordenado al Ejército reducir su ofensiva en Ciudad de Gaza a “lo mínimo” y ceñirse a operaciones estrictamente defensivas, según adelantaron Army Radio y la cadena pública Kan. Se trata del primer frenazo explícito a la campaña para “conquistar” la ciudad desde que comenzó la fase más intensa de las operaciones en septiembre. La decisión llega horas después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidiera “detener inmediatamente” los bombardeos para asegurar que la liberación de rehenes pueda realizarse en condiciones de seguridad.
El cambio de paso no es aislado. En paralelo, la Oficina de Benjamin Netanyahu aseguró que Israel está “preparado para la implementación inmediata de la primera fase del plan de Trump para la liberación de todos los rehenes”, un mensaje que encaja con la expectativa de que delegaciones técnicas se sienten “en breve” a negociar el canje y el alto el fuego inicial. El propio Estado Mayor del IDF reunió a sus mandos para ajustar el dispositivo a la nueva instrucción política y preparar el terreno para ejecutar esa primera etapa.
La otra pata del movimiento viene de Gaza. Hamás comunicó a través de mediadores que acepta elementos clave del plan y se declara dispuesto a negociar la letra pequeña, con el compromiso —sujeto a condiciones— de liberar a todos los rehenes y de ceder el control de la Franja a una autoridad palestina independiente de la organización. Trump interpretó esa respuesta como un indicio de “paz duradera” y fijó un ultimátum para culminar el acuerdo, al tiempo que reclamó a Israel evitar acciones que pongan en peligro el intercambio. La posición de Hamás, sin embargo, aún deja flecos en cuestiones sensibles como el desarme y la arquitectura de la administración transitoria.
En el plano diplomático, el mensaje de Washington ha encontrado eco. Fuentes israelíes señalan que la indicación de reducir la ofensiva se tomó tras conversaciones nocturnas con la Casa Blanca, mientras líderes europeos y regionales han respaldado los esfuerzos para encarrilar el alto el fuego y la liberación de rehenes. Incluso desde Ankara, el presidente Erdogan trasladó a Trump su apoyo a la vía de paz, subrayando que el éxito pasa por detener las hostilidades. El clima, inédito tras casi dos años de guerra, abre una ventana que varios actores consideran “al alcance”.
¿Qué puede cambiar a partir de hoy? En términos militares, el IDF mantiene posiciones en el terreno pero con reglas de enfrentamiento más restrictivas en el núcleo urbano de Gaza. En términos políticos, Israel intenta equilibrar dos mensajes: respaldo a la iniciativa estadounidense y defensa de sus “principios” para cerrar la guerra. Para los mercados y las empresas, cualquier atisbo de desescalada reduce riesgo geopolítico, mejora las expectativas de suministro energético y rebaja la prima de incertidumbre que ha tensionado materias primas y rutas logísticas. Para la región, la clave inmediata es si esa reducción “al mínimo” se consolida y se traduce en avances verificables en la negociación del canje y el cese de hostilidades. Hoy, por primera vez en meses, la secuencia de hechos —freno operacional, señal política y apertura negociadora— permite hablar de una oportunidad real, aunque precaria.