El Senado desbloquea un nombramiento clave en política exterior

Mike Waltz es confirmado como embajador de EE.UU. ante la ONU tras meses de vacante

Mike Waltz es confirmado como embajador de EE.UU. ante la ONU tras meses de vacante

El Senado estadounidense aprobó este viernes la designación de Mike Waltz como nuevo embajador de Estados Unidos ante Naciones Unidas, en una votación ajustada de 47 a 43. Su llegada pone fin a ocho meses de vacío en un puesto clave, justo a las puertas de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.

Con una votación marcada por la división partidista, el Senado confirmó finalmente a Mike Waltz como representante permanente de Estados Unidos ante Naciones Unidas. El nombramiento, impulsado por el presidente Donald Trump, llega tras meses de retrasos que habían dejado a Washington sin voz directa en uno de los escenarios multilaterales más relevantes del planeta.

Waltz, ex asesor de seguridad nacional de Trump, asume el cargo en un contexto global cargado de tensiones: desde las fricciones con Rusia, China e Irán hasta los esfuerzos diplomáticos para poner fin a la guerra en Gaza. En su audiencia de confirmación, subrayó la necesidad de una “reforma mayor” de la ONU, al tiempo que reconoció la importancia de la organización como espacio de diálogo internacional.

El nuevo embajador también prometió trabajar activamente para contrarrestar la influencia de China en los organismos multilaterales y abordar lo que miembros republicanos han denunciado como actitudes antisemitas dentro del organismo. Su perfil más combativo anticipa que Estados Unidos adoptará una postura firme en las discusiones venideras, en particular durante la Asamblea General que se celebrará en Nueva York en los próximos días.

El camino de Waltz hasta el cargo no estuvo exento de polémicas. A comienzos de año se vio obligado a renunciar temporalmente tras el incidente en el que incluyó por error a un periodista en un chat de Signal con miembros del gabinete, aunque no se confirmó ninguna filtración sensible. Pese a este traspié, su cercanía con Trump y su experiencia en seguridad nacional terminaron siendo decisivos para su confirmación.

Con este nombramiento, la Administración cierra el último puesto vacante en el gabinete presidencial y se asegura una representación con peso político en Naciones Unidas en un momento en que el tablero internacional exige respuestas coordinadas y claras por parte de Washington.