Los ejercicios Zapad 2025 reavivan las tensiones en Europa mientras crece el debate sobre la narrativa mediática y el uso político del miedo.

La OTAN entra en pánico ante las maniobras de Rusia y Bielorrusia: ¿histeria o sobreactuación?

Las maniobras militares conjuntas de Rusia y Bielorrusia han encendido las alarmas en la OTAN, con movilización de tropas y un discurso de “histeria” en varias capitales europeas. Sin embargo, voces críticas advierten que se trata de ejercicios anuales y que el relato de amenaza inmediata responde más a una estrategia de sobreactuación y propaganda que a un riesgo real.

La semana ha estado marcada por la tensión en Europa del Este tras el inicio de las maniobras militares conjuntas de Rusia y Bielorrusia, conocidas como Zapad 2025. Estos ejercicios, en los que participan cerca de 30.000 efectivos desplegados en Bielorrusia, el mar Báltico y el mar de Barents, han provocado una respuesta inmediata de la OTAN, que ha movilizado a más de 40.000 soldados y activado dispositivos aéreos en Polonia y los países bálticos.

El relato dominante en medios occidentales ha sido el de la alarma y el riesgo de una escalada, especialmente tras el reciente incidente con drones en la frontera polaca. No obstante, analistas como Juan Antonio Aguilar, colaborador habitual en el ámbito geopolítico, consideran que estamos ante una “sobreactuación calculada”. En sus palabras: “Nos están mintiendo descaradamente. Estas maniobras se celebran todos los años y, mientras tanto, la OTAN despliega de forma permanente ejercicios mucho mayores, como las Steadfast Defender o las Nordic Response, con más de 90.000 efectivos”.

La comparación entre la magnitud de las maniobras aliadas y las rusas pone en perspectiva la narrativa de amenaza inminente. Ejercicios en el Báltico, en Polonia o en Escandinavia son habituales, al igual que la presencia militar reforzada en países fronterizos con Rusia. Pese a ello, cuando Moscú y Minsk realizan sus entrenamientos, el discurso se eleva a la categoría de crisis.

El incidente de los drones ha sido otro de los detonantes del pánico. Según Aguilar, “las imágenes presentadas carecen de credibilidad: drones que caen sin explosivos, sin rastros de impacto y, en algunos casos, con daños que ya existían en infraestructuras antes de su supuesta caída”. Para este experto, la narrativa construida alrededor de estos episodios persigue un objetivo claro: alimentar el miedo en la opinión pública y justificar mayores presupuestos de defensa.

La situación refleja la fragilidad de la seguridad europea en un momento de crisis económica y social, y una dependencia estratégica de las decisiones de Washington. Entre tanto, los ejercicios Zapad 2025 seguirán hasta el próximo martes, recordando que la tensión militar en el continente no se mide solo en tropas desplegadas, sino también en la intensidad del relato mediático que los acompaña.