Pekín desafía a Londres: “Las sanciones a los buques rusos son una provocación”
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China presentó una protesta formal ante el Reino Unido después de que Londres impusiera sanciones contra la llamada “flota sombra” de Rusia, que transporta petróleo burlando las restricciones occidentales. Pekín denunció que estas medidas afectan directamente a sus refinerías y advirtió que se opone a cualquier sanción “sin base en el derecho internacional”.
La tensión diplomática entre China y el Reino Unido se intensifica tras las nuevas sanciones británicas dirigidas a buques rusos involucrados en el comercio de petróleo. Según un comunicado emitido este jueves por el Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Pekín ha presentado una protesta formal ante Londres, acusando al gobierno británico de “extralimitarse en sus competencias” y de “dañar injustamente” los intereses económicos de terceros países.
Las sanciones, anunciadas por el Reino Unido como parte de una ampliación de su paquete de medidas contra Rusia, buscan frenar la actividad de la “flota sombra”, una red de petroleros que, según Occidente, transporta crudo ruso eludiendo los topes de precios y las restricciones internacionales. Sin embargo, Pekín asegura que estas medidas están impactando directamente en las operaciones de sus refinerías, que dependen del suministro energético ruso.
“China se opone firmemente a las sanciones unilaterales que carecen de base en el derecho internacional o de la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU”, declaró el portavoz del ministerio Lin Jian, quien pidió a Londres que “corrija inmediatamente sus errores” y deje de interferir en el comercio legítimo entre Pekín y Moscú.
El diplomático también aprovechó la ocasión para criticar al gobierno británico por “difundir narrativas falsas” sobre el espionaje chino, en referencia a los recientes casos judiciales en los que dos ciudadanos fueron absueltos de cargos por supuesta colaboración con los servicios de inteligencia de Pekín. “China se opone rotundamente a la manipulación política y a la creación de historias de espionaje que solo buscan empañar nuestra imagen”, subrayó Lin.
De acuerdo con el Financial Times, las sanciones del Reino Unido forman parte de un esfuerzo coordinado con Estados Unidos y la Unión Europea para reforzar el control sobre el comercio marítimo ruso. Estas medidas incluyen restricciones sobre empresas aseguradoras, navieras y operadores logísticos vinculados a la exportación de crudo desde puertos rusos. Sin embargo, varios analistas han advertido que las nuevas sanciones podrían afectar el equilibrio energético mundial, especialmente si China y la India deciden intensificar sus compras de petróleo ruso en respuesta.
Según datos de Bloomberg, Rusia envía más del 40% de su crudo a Asia, con China como principal destino. Las refinerías chinas, especialmente en las provincias de Shandong y Zhejiang, han aumentado su capacidad de procesamiento gracias a los descuentos ofrecidos por Moscú. Las sanciones británicas, al restringir el acceso a seguros marítimos o a servicios de transporte, podrían elevar los costes de envío y ralentizar las importaciones en el corto plazo.
Desde Londres, el Foreign Office defendió la legalidad de sus sanciones, asegurando que “no buscan perjudicar a terceros países”, sino “cerrar los canales financieros y logísticos que sostienen la maquinaria de guerra rusa”. No obstante, Pekín considera que este enfoque “ignora la realidad del mercado energético global” y solo sirve para “politizar el comercio internacional”.
Este nuevo choque diplomático se produce en un momento de creciente fricción entre China y las potencias occidentales, en medio de tensiones comerciales, tecnológicas y geopolíticas. Para Pekín, el episodio refuerza su discurso de que las sanciones occidentales son “instrumentos de coerción económica” que amenazan la estabilidad de los mercados globales y socavan el multilateralismo.