Nuevo giro político en Lima tras la destitución de Dina Boluarte

Perú cambia de rumbo otra vez: José Jeri asume la presidencia interina tras la caída de Boluarte

EPA/JOHN REYES MEJIA Perú cambia de rumbo otra vez: José Jeri asume la presidencia interina tras la caída de Boluarte

El presidente del Congreso peruano, José Jeri, juró este viernes como presidente interino de Perú, apenas horas después de que el Parlamento destituyera a Dina Boluarte por “incapacidad moral permanente”. Jeri prometió un gobierno de transición basado en la reconciliación y convocó a elecciones para abril de 2026, en medio de una crisis política que parece no tener fin.

El terremoto político volvió a sacudir Lima. El Congreso de Perú aprobó la destitución de la presidenta Dina Boluarte, acusada de “permanente incapacidad moral”, y en su lugar asumió el hasta ahora presidente del Legislativo, José Jeri, quien juró el cargo como mandatario interino en una ceremonia cargada de tensión institucional.

Asumo con humildad la presidencia de la República para establecer un gobierno de empatía y reconciliación nacional. Nuestro país atraviesa una crisis constante que parece no tener fin”, declaró Jeri en su primer discurso oficial, en el que también pidió perdón por los errores de las administraciones anteriores. “Debemos sentar las bases de un Perú próspero”, añadió, tratando de marcar distancia con la gestión de Boluarte.

La votación en el Congreso se resolvió tras semanas de presiones políticas y un clima social cada vez más enrarecido. Boluarte, que había sobrevivido a varios intentos de destitución desde que asumió el poder en 2022, cayó finalmente tras una moción impulsada por bloques opositores que la acusaban de corrupción, mala gestión y represión de las protestas.

Durante su mandato, Boluarte enfrentó una ola de manifestaciones que dejó decenas de muertos, un aumento de la violencia criminal y múltiples investigaciones por presunto enriquecimiento ilícito y abuso de poder. Pese a haber resistido varios procesos de vacancia, su imagen se deterioró irreversiblemente tras los recientes escándalos vinculados a su entorno político.

El nuevo presidente interino, José Jeri, de perfil más técnico y moderado, intentó transmitir calma y recuperar la confianza de una población cansada de la inestabilidad. Perú ha tenido seis presidentes en menos de una década, lo que refleja la fragilidad de su sistema político y la profunda división entre el Ejecutivo y el Legislativo.

Jeri aseguró que su prioridad será “garantizar un proceso electoral limpio y transparente en abril de 2026” y reconstruir la relación entre el Estado y la ciudadanía. En sus primeras declaraciones, también subrayó la necesidad de “retomar el diálogo con las regiones más afectadas por la desigualdad y la violencia”, en referencia a las zonas del sur andino donde las protestas contra Boluarte fueron más intensas.

La comunidad internacional reaccionó con cautela. Desde la Organización de Estados Americanos (OEA) se hizo un llamado a la estabilidad democrática y al respeto del calendario electoral. Por su parte, varios gobiernos latinoamericanos expresaron preocupación por la sucesión incesante de crisis políticas en el país andino, instando a las fuerzas peruanas a priorizar el consenso.

Boluarte, por su parte, no se ha pronunciado públicamente tras su destitución, aunque fuentes cercanas aseguran que prepara un comunicado en el que denunciará la decisión del Congreso como un “golpe político encubierto”.

Mientras tanto, el Perú vuelve a comenzar de cero. José Jeri hereda un país dividido, con instituciones desgastadas y una ciudadanía hastiada de promesas incumplidas. Su desafío será demostrar que la reconciliación que predica puede transformar, al menos por un tiempo, un sistema acostumbrado a vivir en crisis permanente.