Rusia y Venezuela: ¿Una nueva crisis de misiles en el horizonte?

Rusia y Venezuela: ¿Una nueva crisis de misiles en el horizonte?

Analizamos las recientes declaraciones sobre un posible envío de misiles rusos a Venezuela, sus implicaciones en la geopolítica internacional y la interpretación de expertos sobre la estrategia detrás de estas palabras.

¿Están Rusia y Venezuela al borde de una nueva confrontación geopolítica similar a la crisis de los misiles en Cuba? Las recientes declaraciones que sugieren un posible envío de misiles Oreshnik rusos a territorio venezolano han encendido las alarmas internacionales. Sin embargo, ¿qué tan realista es esta hipótesis? Tres expertos nos ofrecen distintas perspectivas sobre esta compleja cuestión, desenmarañando la retórica y evaluando las verdaderas intenciones de los actores involucrados.

El origen y naturaleza de las declaraciones

Jesús López Almejo, investigador del CONAHCYT, apunta que la fuente de estas afirmaciones es un diputado de la Duma con fama por sus posiciones radicales y declaraciones impactantes. De hecho, sus palabras pueden entenderse más como una estrategia discursiva que como un plan concreto. Según Almejo, esta retórica agresiva es un guiño a los antecedentes estadounidenses en Eurasia, pero no un escenario creíble a corto o mediano plazo. Parece, más bien, un mecanismo para suavizar la imagen de Vladimir Putin frente a la comunidad internacional.

Esta visión invita a preguntarnos si el gran juego geopolítico detrás de estas palabras es, en realidad, un acto de equilibrio interno dentro del Kremlin. ¿Podría ser que Putin esté controlando a las facciones más extremas mediante declaraciones como estas? El análisis de Almejo, aunque reservado, deja entrever que no hay indicios palpables de un despliegue inminente.

La perspectiva desde el escenario internacional

Paco Arnau, experto en análisis internacional, matiza que el diputado ruso no tiene un poder decisorio real, por lo que su peso político es relativo. Más allá de eso, Arnau recuerda que ni Moscú ni Pekín están interesados en que Washington repita en Venezuela maniobras al estilo Irak o Libia, alimentadas por argumentos cuestionables, como la lucha contra el narcotráfico.

De hecho, Arnau señala que Estados Unidos, tras perder terreno en Ucrania, busca abrir nuevos frentes en regiones estratégicas como el Caribe y África. En este escenario, Venezuela emerge como una pieza clave por su cuenca petrolera del Orinoco, la más grande del mundo. La lucha, entonces, es por el control energético más que por meras disputas militares.

Geoestrategia y equilibrio de poderes

Carlos Hugo Fernández-Roca Suárez, especialista en seguridad y geoestrategia, añade una capa más a este análisis. Según él, tales mensajes son parte de la narrativa diplomática y mediática que busca un reparto de áreas de influencia en este «mundo tripolar». La importancia estratégica de Venezuela no sólo radica en sus recursos naturales sino también en su ubicación geográfica y potencial tecnológico, con las llamadas tierras raras.

Fernández-Roca destaca que dichas amenazas retóricas, tanto desde Rusia como desde figuras como Donald Trump, cumplen roles de presión dentro de negociaciones complejas. En definitiva, no se espera una escalada militar que desborde los límites pactados, sino una negociación dura en la que ambas partes se tantean para afianzar posiciones.