Ensayos nucleares

Trump anuncia que Estados Unidos reanudará ensayos nucleares «muy pronto»

Trump anuncia que Estados Unidos reanudará ensayos nucleares «muy pronto»

El presidente de Estados Unidos insinúa nuevas pruebas atómicas y presume de superioridad armamentística, mientras abre la puerta a un futuro acuerdo de desnuclearización con Rusia y China.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró a periodistas a bordo del Air Force One que Washington comenzará «muy pronto» a realizar ensayos nucleares, afirmando que el país volverá a «hacer pruebas nucleares como hacen otros países». Preguntado expresamente por si eso implicaría la explosión de una cabeza nuclear, el mandatario evitó dar detalles: «No quiero hablar de eso», zanjó. Trump subrayó que Estados Unidos dispone de «más armas nucleares que cualquier otro país», situó a Rusia en segundo lugar y a China como «un distante tercero», aunque advirtió de que Pekín podría alcanzar a Washington «en cuatro o cinco años». Pese a este tono de fuerza, el presidente afirmó que su objetivo último sería avanzar hacia la «desnuclearización» mediante un acuerdo con las tres potencias.

El anuncio, difundido por el medio baha news y acompañado de imágenes de la agencia EPA (ERIC LEE / POOL), introduce un nuevo elemento de incertidumbre en el equilibrio estratégico entre las grandes potencias. Trump combinó un discurso de preeminencia militar con la promesa de explorar un pacto con los llamados «tres grandes» —Estados Unidos, Rusia y China— que, según dijo, sería «lo mejor» para todas las partes.

Anuncio a bordo

Las declaraciones se produjeron durante un encuentro informal con periodistas en el Air Force One, el avión presidencial estadounidense. En ese contexto, Trump deslizó que Washington se dispone a reanudar los ensayos nucleares, sin ofrecer un calendario preciso ni especificar el alcance técnico de las pruebas que la Administración estaría considerando.

Al ser interrogado sobre si estas futuras pruebas incluirían la detonación de un artefacto nuclear, el presidente evitó comprometerse con una respuesta clara. «No quiero contaros eso», respondió, dejando en el aire la cuestión sobre si se trataría de pruebas subcríticas, simulaciones avanzadas o ensayos con explosión real de cabezas nucleares.

Superioridad y carrera armamentística

Trump insistió en que Estados Unidos mantiene la primacía nuclear mundial. «Tenemos más armas nucleares que cualquier otro país», recalcó, subrayando que esa superioridad constituye un elemento central de la estrategia de disuasión de Washington.

En su intervención, el mandatario estableció una jerarquía clara: Rusia, tradicional competidor de Estados Unidos en el terreno nuclear, ocuparía el segundo lugar, mientras que China sería «un distante tercero» en cuanto a capacidad armamentística. Esa lectura refuerza el mensaje de fuerza de la Casa Blanca, pero, al mismo tiempo, incorpora la advertencia de que la situación podría cambiar en un horizonte relativamente corto.

China en el horizonte

Pese a presentar a China como un actor todavía rezagado frente a Estados Unidos y Rusia, Trump alertó de que Pekín podría acortar rápidamente distancias. Según el presidente, el gigante asiático estaría en condiciones de alcanzar a Washington en un plazo de «cuatro o cinco años» si mantiene su ritmo de modernización militar.

Esa previsión sitúa al arsenal chino como uno de los factores determinantes en la planificación estratégica estadounidense. Al citar ese horizonte temporal, Trump sugiere que cualquier decisión sobre ensayos nucleares y desarrollo de nuevas capacidades debe tener en cuenta la evolución de la potencia militar de Pekín y su impacto en el equilibrio global.

Entre la fuerza y la desnuclearización

En paralelo a su mensaje de firmeza, Trump afirmó que su preferencia sería avanzar hacia una «desnuclearización» global. El presidente señaló que estaría dispuesto a explorar un acuerdo con las «tres grandes» potencias nucleares —Estados Unidos, Rusia y China— que permitiera reducir o limitar sus arsenales. «Sería lo mejor», sostuvo, planteando la posibilidad de un entendimiento a tres bandas.

Esa aparente doble vía, que combina la amenaza de reanudar pruebas nucleares con la oferta de negociar, refleja la estrategia habitual del mandatario: exhibir presión y poderío militar mientras mantiene abierta la opción de un acuerdo diplomático que pueda presentarse como un logro político.

Reacciones e incógnitas

Las afirmaciones de Trump dejan abiertas numerosas incógnitas sobre la naturaleza exacta de los ensayos que Estados Unidos estaría dispuesto a realizar y sobre el marco jurídico y diplomático en el que se llevarían a cabo. La falta de detalles técnicos, sumada a la negativa del presidente a aclarar si habría pruebas con explosiones reales, alimenta el debate sobre los riesgos de una posible escalada nuclear.

En cualquier caso, el mensaje presidencial introduce presión sobre Rusia y China al vincular la reanudación de pruebas con la necesidad de un eventual pacto de desnuclearización. El resultado dependerá de si las otras potencias interpretan las palabras de Trump como un gesto negociador o como un paso más hacia la reactivación de una carrera armamentística.

Escenario abierto

Por ahora, el anuncio de que Estados Unidos realizará ensayos nucleares «muy pronto» constituye sobre todo una señal política: reafirma la voluntad de la Casa Blanca de mantener su supremacía estratégica y, al mismo tiempo, de condicionar cualquier futuro acuerdo a una posición de fuerza.

El desenlace sigue siendo incierto. Si las palabras de Trump se traducen en pruebas efectivas y en una negociación real con Rusia y China, el escenario podría encaminarse hacia un nuevo marco de limitación o reducción nuclear. Si, por el contrario, solo sirven para elevar la tensión sin avances diplomáticos, el riesgo será consolidar una dinámica de desconfianza y rearme que alejé aún más la perspectiva de la tan invocada desnuclearización global.