Trump asegura que Ucrania puede recuperar “toda” su territorio si Europa financia el esfuerzo y la OTAN sostiene el pulso
En un mensaje en Truth Social durante la semana de la ONU, Donald Trump afirmó que “con tiempo, paciencia y el apoyo financiero de Europa y, en particular, de la OTAN” es “muy posible” volver a las fronteras originales de la guerra.
El presidente de Estados Unidos elevó el listón de apoyo a Kiev con un mensaje que combina presión diplomática sobre Europa y estímulo político para Ucrania. “Con tiempo, paciencia y el apoyo financiero de Europa y de la OTAN, volver a las fronteras originales es muy posible”, escribió Trump, y añadió que Moscú está en “grandes problemas” y que este es el momento de “actuar”. La agencia Reuters y medios estadounidenses encuadran el comentario como uno de los respaldos más explícitos de Trump a la victoria territorial ucraniana desde 2022, tras su bilateral con Volodímir Zelenski en Nueva York.
Desde la óptica europea, el mensaje interpela a dos palancas: dinero y tiempo. La Unión Europea mantiene un canal estable de ayuda militar y entrenamiento a través de la Facilidad Europea para la Paz (EPF) y EUMAM, con nuevos créditos en 2024-2025 para acelerar producción de munición, defensa aérea y drones dentro y para Ucrania. Bruselas detalla que se han asignado fondos adicionales en 2024-2025 para reforzar capacidades industriales y proveer equipo letal y no letal, a la vez que se habilitan los beneficios de los activos rusos inmovilizados para sostener a Kiev. En paralelo, la administración Trump ha avalado ventas militares a Ucrania canalizadas y financiadas por Europa, según análisis recientes. El resultado práctico es un vector financiero-industrial europeo que, si crece en escala y rapidez, hace más plausible el horizonte que describe Trump.
El segundo frente es la disuasión. Horas antes, la OTAN advirtió a Rusia de que empleará “todas las herramientas necesarias, militares y no militares” para defenderse tras la violación del espacio aéreo de Estonia por tres cazas MiG-31, un aviso que cierra filas en torno a la defensa aérea del Báltico y fija que cada respuesta se decidirá en tiempo real según el nivel de amenaza. La señal es inequívoca: reducir el margen para “probar” los límites aliados mientras se sostiene a Ucrania.
La afirmación de que Rusia sufre “grandes problemas económicos” encuentra respaldo parcial en los datos: think tanks y evaluaciones independientes registran un déficit presupuestario al alza por gasto bélico y menores ingresos energéticos por descuentos, cuellos logísticos y tope al precio del crudo. Informes recientes de CSIS, Carnegie y Chatham House apuntan a una presión fiscal creciente y a la necesidad de endurecer el precio tope al petróleo para tensar aún más los ingresos de Moscú. La capacidad de Ucrania para explotar esa ventana depende, otra vez, de la escala y previsibilidad del apoyo europeo.