Bruselas y Nueva Delhi aceleran negociaciones para un acuerdo de libre comercio antes de diciembre

La Unión Europea se marca como meta cerrar un acuerdo de libre comercio con India antes de fin de año

La Unión Europea se marca como meta cerrar un acuerdo de libre comercio con India antes de fin de año

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado que tanto la UE como la India están comprometidas a culminar un Tratado de Libre Comercio (TLC) antes de que concluya 2025. Las negociaciones, que avanzan en una fase decisiva, buscan no solo abrir mercados, sino reforzar alianzas estratégicas en un contexto marcado por la necesidad de reducir dependencias externas y responder a nuevas exigencias geopolíticas y comerciales.

La Unión Europea (UE) ha puesto sobre la mesa un objetivo ambicioso: concluir a finales de este año un Tratado de Libre Comercio con la India. Lo ha confirmado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en varias intervenciones públicas recientes, apoyada por anuncios oficiales que apuntan a que ambas partes están en una fase “crucial” de negociación. 

El trasfondo de esta iniciativa responde a varios impulsos. Por un lado, la UE busca reducir su dependencia del mercado estadounidense, en especial después de una escalada de tarifas e incertidumbres comerciales. Von der Leyen ha resaltado que el bloque comunitario desea diversificar sus socios comerciales y reforzar su autonomía estratégica en el comercio, la tecnología, la seguridad y el acceso a materias primas.

India, por su parte, ha mostrado señales claras de compromiso. En una reciente conversación telefónica con von der Leyen, el primer ministro Narendra Modi afirmó que su gobierno trabaja activamente para que este acuerdo sea efectivo antes de diciembre. Ambos lados reconocen que el TLC podría ser uno de los más grandes que haya negociado la UE hasta hoy, tanto por volumen comercial involucrado como por los sectores implicados.

Las cifras dan peso a esta expectativa: en 2023, el comercio de bienes entre la UE e India superó la barrera de los €120.000 millones, y los servicios alcanzaron casi €60.000 millones, una cantidad importante que muestra lo mucho que hay en juego. 

Sin embargo, los obstáculos no faltan. Algunos de los principales puntos de fricción incluyen la demanda europea de reducción de aranceles en automóviles, dispositivos médicos, vinos, licores y productos lácteos, mientras que la parte india insiste en una apertura similar para sectores como textiles, acero, productos farmacéuticos y petróleo. Además, cuestiones relativas a barreras no arancelarias, estándares regulatorios, certificaciones sanitarias y fitosanitarias, así como la protección de indicaciones geográficas como el basmati, también están generando tensiones. 

Otro elemento relevante es la dimensión estratégica del acuerdo. Se espera que no solo sea un instrumento económico, sino también un pilar diplomático para reforzar relaciones en defensa, tecnología, seguridad energética y cooperación ante retos globales como el cambio climático. India ya forma parte de la agenda estratégica de la UE, dentro de lo que se denomina la “Nueva Agenda Estratégica UE-India”. 

Mirando hacia adelante, la fecha límite de fin de año supone una presión considerable. Las rondas finales de negociación están previstas para los próximos meses, y el éxito dependerá no solo de concesiones comerciales, sino también de que se resuelvan las diferencias normativas, de qué tan equilibrados resulten los compromisos sobre sostenibilidad y derechos laborales, y de la voluntad política de ambas partes de cerrar un texto que guste mutuamente.