Política internacional | Carrera armamentística

Washington aclara: no habrá pruebas nucleares por ahora pese a la orden de Trump de reactivar los ensayos

EPA/AARON SCHWARTZ - POOL
El secretario de Energía de Estados Unidos, Chris Wright, aseguró que las pruebas reanudadas por orden de Donald Trump no implicarán detonaciones nucleares “críticas”, sino ensayos de sistemas. La aclaración llega tras la polémica desatada por el anuncio presidencial de volver a los test de armas atómicas en plena tensión con China.

 

 

Estados Unidos intenta rebajar el tono tras la controversia generada por la decisión de Donald Trump de ordenar al Pentágono reanudar los ensayos nucleares. En una entrevista con Fox News, el secretario de Energía, Chris Wright, aseguró este domingo que, “por ahora”, Washington no planea realizar explosiones nucleares reales, sino pruebas técnicas conocidas como non-critical tests, centradas en sistemas y componentes sin fisión atómica.

“Estamos hablando de ensayos de sistemas, no de detonaciones. Se trata de comprobar la integridad de los materiales y los mecanismos, no de hacer estallar una bomba nuclear”, explicó Wright, subrayando que las pruebas “no violan los compromisos internacionales” del país. Según el responsable de Energía, los ejercicios buscan mantener la fiabilidad del arsenal existente y avanzar en el desarrollo de tecnologías de detección y seguridad.

Las declaraciones del secretario llegan apenas unos días después de que Trump ordenara al Departamento de Defensa “retomar los procesos de preparación” para posibles pruebas nucleares, justo antes de su encuentro con el presidente chino, Xi Jinping. El anuncio generó alarma en la comunidad internacional y críticas de expertos en control de armamentos, que advirtieron del riesgo de romper con la moratoria tácita de ensayos nucleares vigente desde hace más de tres décadas.

El último test nuclear realizado por Estados Unidos data de 1992, año en que se adhirió al marco del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT), firmado pero nunca ratificado por el Senado. Desde entonces, el país ha mantenido sus programas de simulación y experimentación subcrítica en el laboratorio de Nevada, pero sin detonaciones atómicas. Los llamados subcritical tests permiten estudiar el comportamiento de materiales nucleares bajo presión sin generar una reacción en cadena.

Pese a las palabras de Wright, la iniciativa de Trump ha reavivado las tensiones con China y Rusia, ambas potencias firmantes del tratado. En Pekín, medios estatales interpretaron la orden como una “provocación estratégica” y un mensaje de fuerza previo a la cumbre bilateral. Moscú, por su parte, acusó a Washington de “desestabilizar el equilibrio nuclear global” y advirtió de que cualquier reanudación de pruebas detonantes sería respondida “de manera simétrica”.

En el plano interno, la oposición demócrata y diversos grupos científicos han reclamado transparencia. Exfuncionarios del Departamento de Energía y de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear advierten que volver a los ensayos podría erosionar décadas de diplomacia y credibilidad internacional. El debate también se extiende al Congreso, donde algunos republicanos ven en la medida una herramienta de disuasión frente a China, mientras otros temen un coste político innecesario.

Por ahora, Wright intenta contener la interpretación más beligerante de la orden presidencial: “Lo que estamos haciendo es verificar la seguridad de nuestros sistemas, no enviar un mensaje de amenaza”, insistió. Pero incluso bajo esa aclaración, la decisión de reactivar procesos de ensayo en plena carrera tecnológica entre Washington, Pekín y Moscú confirma un hecho innegable: la nueva era de competencia nuclear ya está en marcha, aunque las explosiones, de momento, permanezcan bajo tierra y en silencio.