3I/ATLAS

3I/ATLAS en modo "monstruo cósmico": el filtro Larson–Sekanina destapa colas gemelas y una anticola imposible

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Una imagen procesada del 15 de noviembre revela una compleja estructura de múltiples colas en el cometa interestelar 3I/ATLAS, con chorros internos y una anticola alineada con el plano orbital.

Una imagen obtenida el 15 de noviembre de 2025 a las 22:06:11 UT del cometa interestelar 3I/ATLAS y procesada con un filtro de gradiente rotacional de Larson–Sekanina ha sacado a la luz una de las morfologías más llamativas observadas hasta ahora en este objeto. En un solo cuadro se aprecian dos colas bien diferenciadas en ángulos distintos, una anticola claramente alineada con el plano orbital y una emisión interna extremadamente colimada que parece partir directamente del núcleo. Lejos de ser una mera curiosidad estética, esta combinación ofrece pistas clave sobre la geometría del núcleo, la distribución del polvo y la direccionalidad de los chorros activos en un cometa que no pertenece a nuestro sistema solar.

La captura procede del observador Teerasak Thaluang desde el observatorio MPC O51 (Rayong, Tailandia), y ha sido procesada con un esquema de Larson–Sekanina con ΔR = 0,5 y ángulo = 30°, parámetros pensados para resaltar estructuras de bajo contraste en la coma y la cola que pasan desapercibidas en las imágenes apiladas convencionales.

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Un filtro para ver lo invisible

El gradiente rotacional de Larson–Sekanina es una técnica clásica en el estudio de cometas. Consiste, simplificando, en rotar y restar versiones de la misma imagen para amplificar variaciones pequeñas de brillo alrededor del núcleo. El resultado no es una fotografía «bonita» ni en color natural, sino una imagen de diagnóstico, diseñada para revelar chorros discretos, capas internas de la coma y detalles de muy bajo contraste.

En el caso de 3I/ATLAS, este procesamiento permite distinguir estructuras que en una imagen tradicional aparecerían como una sola cola difusa. La técnica actúa como una especie de «tomografía» bidimensional de la coma, destacando direcciones preferentes de emisión que se corresponden con zonas activas del núcleo.

Colas gemelas y una anticola bien definida

Lo más llamativo de la imagen es la presencia simultánea de dos colas distintas, orientadas a ángulos de posición diferentes. Esta duplicidad indica que el polvo y el gas no están siendo emitidos de manera uniforme, sino a través de regiones separadas o episodios de actividad diferenciados sobre la superficie del cometa.

A esto se suma una anticola muy marcada, alineada con el plano orbital de 3I/ATLAS. A diferencia de la cola de polvo convencional, que se aleja del Sol empujada por la radiación, la anticola es una estructura aparente que surge cuando la geometría de observación, la trayectoria del cometa y la distribución de partículas finas se combinan para dibujar una «cola» que parece apuntar hacia el astro. Su presencia tan clara en esta imagen sugiere una configuración muy específica entre el cometa, el Sol y la línea de visión terrestre.

Un chorro directo desde el núcleo

Además de las colas y la anticola, la imagen muestra una emisión interna muy colimada, una especie de rayo estrecho de material que parece surgir directamente del núcleo. Este tipo de estructura suele asociarse a chorros localizados, regiones del cometa en las que el hielo cercano a la superficie se sublima con fuerza, canalizando el gas y el polvo por fisuras o cavidades.

La nitidez de este chorro sugiere que la actividad no está distribuida de forma homogénea, sino concentrada en pocos puntos muy activos. Para los investigadores, estos detalles son cruciales para reconstruir la forma del núcleo, su posible tasa de rotación y la orientación de su eje.

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Claves sobre la geometría y el polvo de 3I/ATLAS

La combinación de colas gemelas, anticola alineada y emisión colimada interna en una misma imagen es poco habitual y convierte a este fotograma en una fuente de información especialmente rica. A partir de estas estructuras, los científicos pueden inferir:

  • La orientación del plano orbital y su relación con la línea de visión.

  • La distribución de tamaños de partículas de polvo, que determina cómo responde cada grano a la presión de radiación solar.

  • La posible existencia de múltiples zonas activas repartidas por el núcleo.

Para un cometa interestelar como 3I/ATLAS, estas pistas son aún más valiosas: cada detalle geométrico ayuda a entender cómo se comportan los cuerpos helados formados en otros sistemas estelares cuando atraviesan el nuestro.

Un laboratorio natural para la física de cometas

Las imágenes procesadas como la de Teerasak Thaluang no sólo tienen interés para la comunidad de aficionados avanzados, sino que pueden integrarse en estudios profesionales sobre la física de chorros, la evolución de la coma y la interacción del polvo con la luz solar. En el contexto de 3I/ATLAS, cada estructura que aparece en el filtro Larson–Sekanina añade una pieza más al rompecabezas de cómo se comportan los objetos interestelares activos.

A medida que se obtengan nuevas imágenes y se comparen diferentes fechas y geometrías, esta compleja estructura de colas y anticola podrá utilizarse para refinar modelos de actividad superficial, mejorar estimaciones de masa y pérdida de material e, incluso, contrastar teorías más ambiciosas sobre la dinámica de estos cuerpos exóticos. Por ahora, la instantánea del 15 de noviembre se queda como un ejemplo espectacular de hasta dónde puede llegar un buen procesamiento cuando el objetivo es revelar lo que el ojo no ve en un cometa que viene de otra estrella.

El debate sigue en las redes:

Larson–Sekanina rotational gradient from Nov 15 reveals multi-tail structure (twin tails + anti-tail)
byu/Any_Cartographer2016 in3I_ATLAS