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Descubre Cloud Dancer, el color Pantone que marcará 2026 con estilo y sofisticación

Pantone del año 2025
El Color Pantone de 2026 es Cloud Dancer, un tono suave y neutro que simboliza equilibrio y serenidad. Descubre cómo aplicarlo en diseño y comunicación para optimizar impacto visual.

En teoría era un post ligero sobre moda, pero en la práctica se ha convertido en un pequeño termómetro social. En el subreddit de moda femenina, el anuncio del nuevo “color del año” ha desatado un hilo de comentarios que mezcla tendencias, clase social, recesión y memoria colectiva de alfombras rojas.

Todo empezó cuando la moderación recordó dos cosas:

  1. que los comentarios debían incluir la atribución del diseñador,

  2. y que el color de 2025 había sido Mocha Mousse.

Ese marrón suave, ya de por sí discutido, ha dejado paso a un nuevo tono aún más polémico: un blanco-crema tan discreto que muchos usuarios lo han bautizado directamente como “el color más aburrido posible”.

“Esto es un indicador de recesión”

Uno de los comentarios más votados lo dejó claro: “Esto es un indicador de recesión”. La idea de fondo: cuando el ambiente económico se complica, las marcas y las instituciones que marcan tendencias se refugian en tonos seguros, neutros, “que no molesten”. Nada de colores estridentes ni apuestas valientes: beige, crema, blanco roto.

Otros usuarios se han sumado, señalando que, viniendo de un 2025 dominado por marrones ricos y cálidos, este paso al blanco apagado se siente como “un frenazo creativo”. “Con todos los colores preciosos que hay, han elegido el más soso”, se quejaba otra usuaria.

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Riqueza, blanco y tintorería

Uno de los hilos más interesantes del debate no tiene que ver solo con estética, sino con clase social. Una usuaria que trabajó en retail recordaba una especie de “regla no escrita”: los abrigos blancos son símbolo de riqueza, porque mantenerlos impecables exige limpieza en seco constante.

La moderadora lo remató: las personas ricas pueden usar blanco y crema sin preocuparse de lavar nada personalmente. Es decir, ese color “limpio” no es solo una elección de estilo; también comunica que hay tiempo, dinero y servicio doméstico o externo detrás.

En ese contexto, el tono elegido para este año se interpreta como una estética aspiracional: simple a primera vista, pero muy poco práctica para quien no tiene presupuesto para llevar la colada a la tintorería cada dos por tres.

Del “Mocha Mousse” a las capas de alfombra roja

El hilo no se quedó solo en el color del año. Pronto derivó hacia looks icónicos que encarnan esa paleta elegante, minimalista y “cara”. Varios usuarios sacaron a relucir el ya mítico vestido blanco con capa de Gwyneth Paltrow en los Oscar de 2012, diseñado por Tom Ford, rebautizado en el subreddit como el “Goop dress”.

“Es uno de mis favoritos de todos los tiempos”, decía una usuaria. Otros lo asociaban directamente a Mon Mothma, la líder rebelde de Star Wars, dejando claro que las capas siguen siendo sinónimo de autoridad y drama visual.

También apareció otro momentazo: el vestido de perlas de Lupita Nyong’o, firmado por Calvin Klein, que muchos recuerdan como la definición perfecta de lujo silencioso. No todos estaban de acuerdo: algunas personas confesaron que la acumulación de perlas en el cuello les resultaba incómoda o recargada, pero aun así la pieza se consolidó como ejemplo de cómo un blanco trabajado puede gritar “alta costura” sin un solo color vivo.

Entre la moda y el estado de ánimo colectivo

Más allá de la anécdota, el hilo refleja algo más profundo: la idea de que el color del año no es solo una decisión estética, sino también un espejo del clima emocional y económico. Tonos tierra cálidos en pleno auge del “comfort” doméstico postpandemia, ahora un blanco apagado en plena ansiedad por recesión, precios y precariedad.

Mientras algunos usuarios siguen defendiendo los marrones ricos de los últimos años como su refugio estilístico, otros ven en este blanco-crema una estética fría, aspiracional y ligeramente desconectada de la realidad de quienes lidian con manchas, transporte público y lavadoras llenas.

El debate sigue, entre memes, referencias a la alta costura y discusiones sobre clase y consumo. Lo que queda claro es que, para mucha gente, el “color del año” hace tiempo que dejó de ser solo un código de pantonera: se ha convertido en un resumen cromático de cómo sentimos que va el mundo. Y este año, parece, el mundo viene en tono claro… y con bastante ironía.