Mueren el mismo día las gemelas Kessler, íconos junto a Sinatra y Astaire a los 89 años
Las inolvidables gemelas Alice y Ellen Kessler, icónicas por compartir escenario con leyendas como Frank Sinatra y Fred Astaire, fallecieron el mismo día a los 89 años dejando un legado único en el mundo del espectáculo
Alice y Ellen Kessler, las míticas “Kessler Twins” que iluminaron los escenarios de Europa y Estados Unidos en los años 50 y 60, han muerto el mismo día a los 89 años en su hogar cerca de Múnich. Según el diario alemán Bild, las hermanas decidieron poner fin a sus vidas juntas mediante ayuda médica, un procedimiento legal en Alemania, y permanecer unidas hasta el último momento, como lo estuvieron siempre sobre el escenario.
Nacidas en 1936 en la región de Nerchau, en Alemania, las gemelas fueron testigos de la posguerra europea y se convirtieron en símbolos de una nueva etapa: más luminosa, más moderna, más cosmopolita. Desde niñas actuaban con la Ópera de Leipzig y, ya adolescentes, empezaron a llamar la atención por su sincronía casi hipnótica y su elegancia clásica, muy en la línea del gran entretenimiento de la época.
Vivían en pisos contiguos separados solo por una pared corredera en Grünwald, un detalle casi teatral que resume su vida: dos personas, dos trayectorias, pero un solo “show” compartido.
De la ópera de Leipzig a compartir foco con Sinatra y Astaire
Su salto al gran circuito internacional llegó cuando empezaron a girar por Estados Unidos y Europa. Sobre el escenario compartieron cartel con leyendas absolutas del siglo XX: Fred Astaire, Frank Sinatra, Sammy Davis Jr., Dean Martin, Bing Crosby o Eddie Fisher. No eran “coristas” más: eran el número especial, las gemelas que bailaban y cantaban con una precisión milimétrica y un carisma propio.
En una entrevista en 2015, recordaban que su auténtico “boom” en Estados Unidos llegó tras aparecer en The Red Skelton Show. Aquella actuación les dio, poco después, una portada en Life, algo que en la época equivalía a una consagración instantánea. A partir de ahí, llegaron The Dean Martin Show, The Ed Sullivan Show y una larga lista de apariciones televisivas que consolidaron su imagen como dúo sofisticado y cosmopolita.
Ellas mismas reconocían que nunca sintieron una competencia feroz con otras artistas porque el hecho de ser gemelas las convertía en algo distinto, “fuera de lo normal”. No eran solo dos cantantes: eran un concepto escénico.
Íconos de la televisión italiana y “las piernas de la nación”
Si Estados Unidos las convirtió en estrellas internacionales, Italia las transformó en auténticos iconos populares. Sus apariciones en programas como Giardino d’inverno y Studio Uno las hicieron omnipresentes en la televisión italiana de los años 60. El país terminó bautizándolas como “las piernas de la nación”, un apodo que hablaba tanto de su presencia física como de su estilo de baile: elegante, seguro, perfectamente coreografiado.
En un contexto de reconstrucción y modernización, las Kessler representaban una Europa que quería mirar hacia adelante, con glamour y cierta ligereza, sin olvidar el rigor técnico del viejo music-hall.
Carrera larga, despedida conjunta
A pesar de la fama, Alice y Ellen nunca dejaron de ser un tándem artístico y personal. Trabajaron con algunas de las figuras más grandes del espectáculo y, aun así, transmitían la sensación de disfrutar más del oficio que del estatus. En entrevistas, hablaban con admiración de artistas como Sammy Davis Jr., al que describían como un talento “versátil”, capaz de cantar y moverse con una naturalidad que las impresionaba incluso a ellas, que lo habían visto todo.
En abril de 2024, contaron a Bild que su deseo era que sus cenizas descansaran juntas, en la misma urna, junto a las de su madre y su perro Yello. Era una declaración muy clara de cómo entendían la vida y el final: como un escenario compartido hasta el último acto.
Su decisión de recurrir a la ayuda médica legal para morir, tomada a los 89 años y de forma conjunta, abre debates éticos y emocionales, pero también encaja con la narrativa de control y simetría que siempre rodeó su imagen pública. Como en una última coreografía perfectamente coordinada, eligieron el momento y el modo de despedirse.
Queda su legado en imágenes en blanco y negro, en viejas grabaciones de televisión y en la memoria de varias generaciones que las vieron bailar junto a gigantes como Sinatra o Astaire. Las hermanas Kessler fueron mucho más que “las piernas de la nación” o un número de variedades: fueron el reflejo de una Europa que se reconstruía bailando, y que hoy las despide sabiendo que, hasta el final, siguieron marcando el paso al unísono.