Cometa 3I/ATLAS sorprende a la NASA “Quizás no sea el cometa el que se comporta de forma extraña, sino nuestras teorías las que se están quedando cortas ante lo desconocido”

Imagen del cometa interestelar 3I/ATLAS capturada en observaciones recientes que muestran su trayectoria impredecible.

En palabras de un investigador de la NASA: “Quizás no sea el cometa el que se comporta de forma extraña, sino nuestras teorías las que se están quedando cortas ante lo desconocido”.

Lo que comenzó como una observación rutinaria se ha convertido en uno de los mayores enigmas astronómicos del año. El cometa 3I/ATLAS, un visitante interestelar que atraviesa nuestro sistema solar, está desafiando las predicciones científicas tras mostrar un comportamiento anómalo luego de su aproximación al Sol. Su súbita pérdida de masa y un cambio de trayectoria no explicable por las leyes conocidas de la dinámica cometaria han dejado a los astrónomos desconcertados.

 

Un visitante de otro sistema estelar

3I/ATLAS es solo el tercer objeto interestelar confirmado en ingresar a nuestro sistema solar —tras ‘Oumuamua en 2017 y Borisov en 2019—, lo que ya lo convierte en una rareza cósmica. Fue detectado inicialmente con un brillo tenue que aumentó rápidamente conforme se acercaba al perihelio, el punto más cercano al Sol. Pero lo verdaderamente intrigante ha ocurrido después: en lugar de comportarse como un cometa convencional, su estructura parece haberse alterado de manera imprevisible, y su trayectoria se ha desviado más de lo que la física gravitacional permitiría explicar.

Un rompecabezas en movimiento

Los telescopios de la NASA y varios observatorios internacionales han registrado una caída súbita de masa y una variación en su rumbo orbital sin una causa clara. Los cálculos indican que ni la presión del viento solar ni los efectos térmicos habituales podrían justificar los desvíos observados. Algunos científicos sugieren que podría tratarse de una fragmentación interna producto de tensiones estructurales desconocidas, mientras que otros apuntan a posibles interacciones con campos magnéticos o partículas de alta energía fuera del rango habitual.

“El comportamiento de 3I/ATLAS contradice lo que sabemos sobre la física cometaria”, admitió una fuente del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA. “Estamos ante un fenómeno que no encaja en los modelos actuales. Podría ser una oportunidad única para revisar nuestras teorías sobre los visitantes interestelares”.

Atlas del objeto interestelar y la posición relativa del orbitador Tianqing-1 Mars

Alerta y fascinación en la comunidad científica

En respuesta, la NASA ha intensificado las observaciones desde el telescopio espacial James Webb y la red internacional de radiotelescopios ALMA, buscando datos espectroscópicos que revelen la composición del cometa y su posible proceso de desintegración. El objetivo: entender si 3I/ATLAS está liberando materiales que nunca antes se han detectado en objetos de su tipo.

El astrofísico Luis Córdova, del Instituto de Ciencias Espaciales de la Universidad de Arizona, explicó que el hallazgo “podría significar que estamos observando un cuerpo formado en condiciones completamente distintas a las del sistema solar, con compuestos volátiles o materiales exóticos que reaccionan de forma inesperada al calor solar”.

Más allá del misterio: implicaciones cósmicas

El caso 3I/ATLAS va más allá de la curiosidad científica. Si su cambio de trayectoria se confirma como no gravitacional, podría reabrir el debate sobre las fuerzas que actúan en los objetos interestelares y sobre el modo en que interactúan con el entorno solar. La comunidad astronómica ya discute si este comportamiento podría revelar la existencia de mecanismos físicos aún no comprendidos —o incluso de materiales interestelares con propiedades nunca observadas.

Mientras los instrumentos siguen apuntando al cometa, una certeza se impone: cada visitante interestelar cambia nuestra forma de mirar el cosmos. 3I/ATLAS, con su brillo inconstante y su rumbo impredecible, podría no solo ofrecer respuestas, sino también plantear nuevas preguntas sobre el tejido invisible que conecta los sistemas estelares.

En palabras de un investigador de la NASA: “Quizás no sea el cometa el que se comporta de forma extraña, sino nuestras teorías las que se están quedando cortas ante lo desconocido”.

No Clear Cometary tail in Post-Perihelion Images of 3I/ATLAS