Más de 1,000 piezas desaparecen en robo a museo de California a primera hora del día

This undated photo provided by the Oakland Museum of California Thursday, Oct. 30, 2025, shows the Slot-Hinged Titanium Neckpiece by Florence Resnikoff at the Oakland Museum of California, in Oakland, Calif. (Leopold Macaya/Oakland Museum of California via AP)
Robo histórico en el Museo de Oakland: más de 1.000 piezas robadas, desde arte indígena hasta joyas del siglo XX

California amanece con una pérdida irreparable para su historia. En la madrugada del pasado 15 de octubre, más de un millar de piezas del Museo de Oakland fueron robadas de un almacén externo de la institución, según confirmaron las autoridades locales. El robo, calificado como uno de los más grandes en la historia reciente del estado, incluye joyería metálica de la artista Florence Resnikoff, cestas nativas americanas, colmillos tallados de morsa y una amplia colección de objetos cotidianos y trofeos deportivos que documentan la vida y la cultura californianas del siglo XX.

La directora del museo, Lori Fogarty, compareció el jueves para hacer público el caso y solicitar ayuda ciudadana. “No es solo una pérdida para el museo, sino para toda la comunidad”, declaró. “Estas piezas cuentan la historia de California. Necesitamos la colaboración de todos para traerlas de vuelta”.

Fogarty aclaró que, según las primeras pesquisas, no se trató de un robo planificado por expertos en arte, sino de un “crimen de oportunidad”. “Los ladrones entraron al edificio y se llevaron lo que encontraron a mano. No parece que supieran exactamente qué buscaban”, explicó.

La Policía de Oakland confirmó que trabaja junto a la unidad de crímenes de arte del FBI, especializada en tráfico de patrimonio cultural y falsificaciones. Sin embargo, los investigadores enfrentan una carrera contrarreloj. Según el ex capitán del Departamento de Policía de Los Ángeles, John Romero, es posible que “los artículos ya hayan sido vendidos” en el mercado negro. “Quienes cometen este tipo de robos no buscan el valor total de las piezas, sino dinero rápido”, afirmó en declaraciones al Los Angeles Times. Las autoridades están revisando plataformas como eBay, Craigslist y redes privadas de antigüedades.

El museo decidió hacer pública la lista de piezas robadas, con la esperanza de que los ciudadanos puedan reconocerlas en tiendas de segunda mano, ferias de antigüedades o casas de empeño. Entre los artículos más emblemáticos desaparecidos destacan el Rutilated Quartz Dome Neckpiece y el Slot-Hinged Titanium Neckpiece, dos collares de Resnikoff considerados iconos del diseño contemporáneo. También se sustrajeron varias obras del fotógrafo Robert H. Vance y objetos del periodo de la Fiebre del Oro, así como insignias políticas y deportivas del siglo pasado.

Este no es el primer robo que sufre el Museo de Oakland. En 2013, un hombre irrumpió en el edificio principal y se llevó una caja de joyas de la era de la Fiebre del Oro. Gracias a la colaboración ciudadana, el objeto fue recuperado en una casa de empeño. Fogarty confía en que la historia se repita.

El golpe llega en un contexto de creciente preocupación por la seguridad del patrimonio cultural en Estados Unidos. Apenas cuatro días después del robo en Oakland, el Museo del Louvre en París fue víctima de un asalto diurno en el que desaparecieron joyas napoleónicas de valor incalculable. Aunque las autoridades francesas ya realizaron detenciones, las piezas aún no han sido recuperadas.

El Museo de Oakland, fundado en 1969, tiene la misión de preservar el arte, la historia y el entorno natural de California. Su colección abarca desde el siglo XVIII hasta la actualidad, e incluye exposiciones sobre el movimiento Black Power y el activismo estudiantil. Para Fogarty, la pérdida de estos objetos va más allá del valor económico. “Cada pieza robada es una historia perdida”, dijo con evidente emoción.

Las autoridades han habilitado dos vías de contacto para quienes puedan aportar información: el (510) 238-3951 de la Policía de Oakland y la línea directa del Art Crime Team del FBI al (800) 225-5324. También se pueden enviar pistas anónimas en línea.

Por ahora, la esperanza del museo se sostiene en la comunidad. Fogarty lo resumió con una frase que resuena entre el personal y los vecinos: “Lo que nos robaron no fue solo arte, fue una parte de nuestra memoria colectiva”.