Alaska Airlines restablece vuelos tras interrupción de TI que canceló más de 229 operaciones
El fallo que paralizó una aerolínea
El problema comenzó alrededor de las 15.30 h (hora local) del jueves, cuando un fallo en el centro de datos principal de Alaska Airlines afectó múltiples sistemas críticos de operación. Ante la imposibilidad de gestionar los vuelos con normalidad, la aerolínea solicitó a la Federal Aviation Administration (FAA) la suspensión temporal de todos sus despegues en EE.UU., incluyendo los de su filial regional Horizon Air.
La paralización duró aproximadamente hasta las 23.30 h (PST) del mismo jueves, momento en el que la compañía anunció que sus operaciones se restablecían, aunque precisó que persistirían interrupciones residuales.
Consecuencias inmediatas
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Más de 229 vuelos cancelados desde la tarde del jueves.
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Posibles interrupciones adicionales en la jornada siguiente debido al reposicionamiento de aviones y tripulaciones.
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La compañía ha habilitado una política de viaje flexible e insta a los pasajeros a verificar el estado de su vuelo antes de acudir al aeropuerto.
¿Por qué sucedió y qué riesgos evidencia?
Según la propia Alaska Airlines, el incidente no fue un ciberataque ni tiene relación con otro evento externo, sino que deriva de un fallo interno en su centro de datos que afectó sistemas clave para la operativa.
Este tipo de interrupción muestra los riesgos crecientes en la aviación comercial: la dependencia de sistemas de TI, en particular de centros de datos y software de gestión de vuelos, tripulaciones y aeronaves. Una falla puede redundar en la paralización de una flota completa. Como ya ocurrió en julio, cuando la empresa ya vivió un parón por tecnología.
Implicaciones para pasajeros y aerolínea
Para los pasajeros del grupo Alaska, la recomendación es clara: comprobar el estado del vuelo antes de dirigirse al aeropuerto, ser pacientes y estar preparados para cambios de última hora. Para la aerolínea, el incidente representa un golpe reputacional y operacional: además de los costes derivados de las cancelaciones, deberá reforzar su infraestructura TI, revisar protocolos de contingencia y recuperar la normalidad con eficacia para evitar nuevos desperfectos en confianza o pérdida de clientes.
En el corto plazo, la prioridad será restablecer completamente la programación, minimizar retrasos en el repostaje de aeronaves y asegurar que tripulaciones y rutas queden alineadas nuevamente. En el medio plazo, hay que esperar que la aerolínea dé a conocer un análisis técnico del fallo, así como medidas de mitigación para que no vuelva a repetirse.