Seguridad en Europa

El apuñalamiento en la sinagoga de Manchester es declarado “incidente terrorista” por la policía británica

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El ataque, ocurrido durante Yom Kipur en el suburbio de Crumpsall, dejó dos personas muertas y varios heridos. El agresor fue abatido y la investigación apunta a posibles vínculos extremistas. Bruselas y Londres condenan el atentado y refuerzan la seguridad en lugares de culto.

El Reino Unido se encuentra de nuevo bajo la sombra del terrorismo tras el ataque registrado este jueves en una sinagoga de Manchester. El subcomisario de la policía antiterrorista, Laurence Taylor, confirmó que el apuñalamiento ocurrido en la Congregación Hebrea de Crumpsall ha sido declarado un “incidente terrorista”, lo que eleva la gravedad del caso y activa todos los protocolos de seguridad nacional.

Según la policía, el agresor irrumpió en el templo armado con un cuchillo durante las celebraciones de Yom Kipur, la jornada más sagrada del calendario judío. El ataque dejó dos fallecidos y varios heridos graves, antes de que los agentes neutralizaran al atacante a tiros. La identidad del sospechoso aún no se ha hecho pública “por razones de seguridad”, aunque las autoridades aseguran tener indicios sólidos sobre quién era.

En paralelo, se han producido dos arrestos adicionales en el marco de la investigación, lo que refuerza la hipótesis de que el autor no actuó en completo aislamiento. Taylor subrayó que la prioridad ahora es determinar si existen conexiones con grupos extremistas y si el ataque pudo ser parte de una trama más amplia.

La noticia ha desatado una ola de condenas internacionales. La jefa de política exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas, calificó el atentado de “espantoso” y exigió tolerancia cero frente al antisemitismo y la violencia religiosa. “No hay lugar en Europa para el odio ni para el terrorismo”, afirmó en un mensaje en la red X.

El primer ministro británico, Rishi Sunak, también se pronunció de inmediato, expresando sus condolencias a las familias de las víctimas y prometiendo “todo el peso de la ley” contra cualquier manifestación de extremismo en el país. La oposición laborista se sumó a la condena y pidió reforzar la protección de las comunidades judías, que en los últimos años han denunciado un repunte de incidentes de odio.

El ataque ocurre en un contexto de creciente preocupación por la seguridad de las minorías religiosas en Europa. Informes recientes del Community Security Trust señalaron que 2024 fue un año récord en incidentes antisemitas en Reino Unido, con más de 4.000 casos documentados. Este último atentado durante Yom Kipur, día de recogimiento y oración, ha golpeado con especial dureza a la comunidad judía británica.

Expertos en seguridad consultados por medios británicos advierten de que este tipo de ataques “de baja sofisticación pero alto impacto” responden a patrones recientes de terrorismo inspiracional, en el que individuos radicalizados actúan con armas blancas u objetos comunes para causar el máximo daño posible en objetivos simbólicos.

La policía ha reforzado la vigilancia en sinagogas y centros comunitarios de todo el país, mientras Scotland Yard coordina con los servicios de inteligencia para analizar posibles amenazas adicionales.

Más allá de la respuesta inmediata, el atentado reabre el debate sobre la radicalización en Europa y el equilibrio entre libertad religiosa y seguridad. Para las autoridades, el reto será garantizar que las comunidades puedan vivir su fe sin miedo, en un continente que se enfrenta de nuevo al desafío del extremismo violento.

El ataque en Manchester, declarado ya como terrorismo, marca un punto de inflexión en la percepción de la amenaza en Reino Unido y deja a la vista una conclusión preocupante: la lucha contra el odio y la violencia extremista sigue siendo una tarea urgente y pendiente en Europa.