Seguridad aérea bajo lupa: Europa redobla la vigilancia ante incursiones no identificadas

Cierre en Múnich por drones: ¿está Europa preparada para defender su espacio aéreo?

EPA/ANNA SZILAGYI Cierre en Múnich por drones: ¿está Europa preparada para defender su espacio aéreo?

El aeropuerto de Múnich paralizó por completo sus operaciones tras el avistamiento de múltiples drones durante la noche del jueves, obligando a cancelar 17 vuelos y desviar 15 más. La alerta se extiende desde Alemania hasta Dinamarca y Noruega, generando un debate urgente sobre la vulnerabilidad del cielo europeo ante amenazas tecnológicas difíciles de atribuir.

El jueves por la noche, el aeropuerto de Múnich (Alemania) se vio obligado a interrumpir todas sus operaciones de vuelo tras detectar “varios drones” sobre su espacio aéreo. El impacto fue inmediato: 17 vuelos quedaron cancelados y cerca de 3.000 pasajeros se vieron afectados. Además, 15 vuelos en ruta a Múnich debieron ser desviados hacia Stuttgart, Nuremberg, Viena o Frankfurt. 

La suspensión, que comenzó alrededor de las 22:18 (hora local), se mantuvo durante las horas críticas de la noche hasta que las autoridades aeroportuarias y el control del tráfico aéreo determinaron que era seguro reanudar vuelos en la madrugada del viernes. Los pasajeros afectados fueron alojados en los terminales, donde se les proveyó de camas de campaña, mantas y alimentos. 

Las autoridades no han logrado identificar con precisión el tipo de drones observados —era de noche— ni responsabilizar a ningún actor concreto hasta ahora. Este episodio se suma a otras interrupciones similares en Dinamarca y Noruega durante la última semana, lo que ha elevado el nivel de alerta en toda Europa.

Un patrón emergente: amenazas aéreas “grises” en Europa

No es un evento aislado. Durante los últimos días, aeropuertos en Dinamarca han registrado cierres temporales por drones que sobrevolaron sus plataformas, provocando desvíos y suspensión de vuelos. En un análisis de los incidentes de finales de septiembre, se documentaron múltiples vuelos no autorizados cerca de aeródromos daneses. Las autoridades europeas ya hablan incluso de una “pared antidrone” para reforzar la vigilancia en fronteras exteriores.

Este tipo de incursiones genera un desafío complejo: su carácter discreto y su capacidad de operar en altitudes bajas les permite evadir los radares convencionales. Además, al no pertenecer a modelos comerciales conocidos, dificulta su trazabilidad. En contraste, países como Francia ya avanzan en sistemas híbridos que integran óptica, radar y algoritmos de inteligencia artificial para distinguir entre aves, drones o aviones.