Seguridad global | Riesgo nuclear en Asia

Corea del Norte acumula hasta 2.000 kilos de uranio altamente enriquecido, según Seúl

EPA/KCNA

El ministro de Unificación de Corea del Sur alertó que Pyongyang podría disponer de unas 2 toneladas de material nuclear y que opera centrifugadoras en al menos cuatro instalaciones. Subrayó la urgencia de frenar la acumulación y pidió reabrir el diálogo entre Washington y Pyongyang como vía de contención.

El pulso nuclear en la península coreana vuelve al centro del tablero internacional. Según informó la agencia Yonhap citando al ministro surcoreano de Unificación, Chung Dong-young, Corea del Norte podría haber acumulado hasta 2.000 kilos de uranio altamente enriquecido, suficiente para fabricar múltiples ojivas nucleares si se destina a uso militar. El responsable surcoreano advirtió de que centrifugadoras en cuatro instalaciones distintas están actualmente en funcionamiento, lo que acelera la producción de material fisible. “Es urgente detenerlo”, insistió, subrayando que la única salida realista pasa por relanzar un canal de negociación con Estados Unidos que desbloquee el proceso de desnuclearización.

La cifra preocupa porque supone un salto cuantitativo respecto a estimaciones previas. Expertos en proliferación citados por medios como el Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional (ISIS) han calculado que, con cantidades de entre 1.000 y 2.000 kilos de uranio altamente enriquecido, Corea del Norte podría producir varias armas de fisión, incrementando el arsenal que ya se le atribuye en plutonio. Además, los análisis de imágenes satelitales han detectado actividad creciente en Yongbyon y en otras instalaciones menos conocidas, lo que sugiere que el programa no solo continúa, sino que se diversifica.

El momento no es casual. Las conversaciones entre Washington y Pyongyang están en punto muerto desde 2019, cuando fracasó la cumbre de Hanói. Mientras tanto, Corea del Norte ha intensificado ensayos de misiles balísticos —incluidos de alcance intercontinental— y ha profundizado sus lazos con Rusia, a la que ha transferido munición y material en el marco de la guerra de Ucrania, según denuncias de la inteligencia surcoreana y estadounidense. Este triángulo estratégico añade presión a la Casa Blanca, que ya enfrenta la gestión de dos conflictos simultáneos en Europa del Este y Oriente Medio.

La clave está en las implicaciones de seguridad y de mercado. En seguridad, el potencial de Corea del Norte para aumentar de forma rápida su arsenal nuclear multiplica la inestabilidad en Asia-Pacífico y eleva el riesgo de carrera armamentista con Japón y Corea del Sur, países que han incrementado su gasto militar y ensayan nuevas alianzas tecnológicas con EE. UU. y Australia. En los mercados, cualquier escalada nuclear en la península suele reflejarse en repuntes de activos refugio como el oro y el yen, además de añadir volatilidad a las rutas marítimas del Pacífico, claves para el comercio global.