Cuenta atrás en Israel: alto el fuego en Gaza solo tras el visto bueno del Gobierno esta noche
El alto el fuego entre Israel y Hamás no será inmediato. Según la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu, la tregua comenzará únicamente tras la ratificación del acuerdo por parte del Gobierno israelí este mismo jueves. La cuenta de 72 horas se activará una vez aprobado el texto. La precisión llega tras informaciones previas desde El Cairo que situaban la entrada en vigor del acuerdo al mediodía.
Jerusalén pisa el freno antes de declarar la tregua: la oficina del primer ministro dejó claro que el cese de las hostilidades en Gaza se implementará después de la aprobación gubernamental prevista para esta tarde-noche. La agenda oficial marca primero la reunión del gabinete de seguridad a las 17:00 (hora local) y, a continuación, una sesión del Gobierno para validar la primera fase del plan respaldado por Estados Unidos.
El matiz temporal es clave. Mientras canales egipcios vinculados al Estado adelantaban que el acuerdo ya estaba operativo al mediodía en la hora de El Cairo, Israel subraya que el cronómetro de 72 horas arrancará solo tras el visto bueno del Ejecutivo. En otras palabras: la diplomacia avanza, pero la operatividad en el terreno esperará a la formalidad política.
La primera fase del plan —impulsado desde Washington— incluye un alto el fuego supervisado, la liberación escalonada de rehenes por parte de Hamás y un intercambio de prisioneros palestinos, además de la entrada de ayuda humanitaria en la Franja. Para Israel, la secuencia es inseparable: aprobación gubernamental, activación del conteo y ejecución de las medidas pactadas con verificación internacional.
La señal desde Jerusalén también busca ordenar expectativas en un día de titulares cruzados. En la capital egipcia, el presidente Abdel Fattah al Sisi habló de un acuerdo formal para establecer la tregua, lo que alimentó la idea de una aplicación automática. Sin embargo, Israel mantiene un enfoque de cumplimiento por fases, con coordinación estrecha entre el aparato político y el militar para minimizar riesgos en el terreno y evitar incidentes que comprometan el calendario.
A nivel interno, la votación llega en un clima de tensión política: sectores de la derecha más dura han cuestionado el intercambio de prisioneros y la velocidad del repliegue militar. No obstante, el núcleo del Gobierno insiste en que el objetivo inmediato es traer a casa a los rehenes y reducir la intensidad del conflicto, abriendo la puerta a la siguiente etapa del plan, que contempla ajustes de despliegue y mayor presencia de asistencia internacional.
Si el gabinete de seguridad y el Gobierno ratifican hoy el texto, la ventana de 72 horas quedará marcada en el calendario y la tregua podría comenzar a aplicarse ya entrada la noche. La diplomacia ha movido ficha; ahora le toca al voto convertir el anuncio en realidad sobre el terreno.