EE.UU. aprueba el acuerdo de submarinos AUKUS tras revisión
Después de una revisión exhaustiva por parte del Pentágono, Estados Unidos avanzará con el acuerdo AUKUS, manteniendo el cronograma original para la venta de al menos tres submarinos de clase Virginia a Australia, con entregas a partir de 2032. La revisión también abordó preocupaciones sobre el impacto en la base de defensa estadounidense y el posible uso de los submarinos en el conflicto de Taiwán.
El acuerdo de defensa AUKUS, que involucra a Estados Unidos, el Reino Unido y Australia, avanza con el respaldo de la administración Trump, que ha decidido seguir adelante con el plan para la venta de al menos tres submarinos de clase Virginia a Australia, comenzando en 2032. Esta decisión llega tras una revisión detallada liderada por Elbridge Colby, Subsecretario de Defensa de EE.UU. para Política, quien analizó posibles implicaciones sobre la base de defensa estadounidense y el uso estratégico de los submarinos en el contexto de un conflicto potencial con China sobre Taiwán.
El acuerdo AUKUS, firmado en 2021, tiene como objetivo reemplazar la actual flota de submarinos de clase Collins de Australia con submarinos nucleares, además de expandir la cooperación en tecnologías avanzadas entre los tres países. Australia ha comprometido aproximadamente $3 mil millones para impulsar la producción de submarinos en los Estados Unidos y el Reino Unido, como parte de la iniciativa de modernización militar del país.
Aunque aún no se ha tomado ninguna decisión política para modificar el cronograma, los retrasos industriales podrían afectar las entregas de los submarinos. Sin embargo, los planes continúan en marcha, y se espera que la revisión concluya antes de la visita del Primer Ministro australiano, Anthony Albanese, a la Casa Blanca el 20 de octubre, donde se discutirán los detalles del acuerdo.
AUKUS ha sido un punto clave en la estrategia de defensa de los aliados occidentales frente al creciente poder militar de China en la región Indo-Pacífica. Con este avance, Estados Unidos refuerza su compromiso con Australia y el Reino Unido, mientras mantiene una postura firme en el equilibrio de poder en la región.