Huracán Melissa categoría 5: amenaza devastadora para Jamaica, Haití y la economía regional
El Caribe vive una de sus mayores alarmas meteorológicas en años: el huracán Melissa, que se ha fortalecido y ya registra vientos sostenidos de 160 mph, amenaza con golpear Jamaica como tormenta de categoría 5, la máxima en la escala de vientos de huracanes. Su avance lento —unos 3 a 5 mph— multiplica el riesgo al prolongar la duración del embate sobre tierra.
El impacto que se avecina no es solo meteorológico: el Caribe depende en gran medida del turismo, la agricultura y las cadenas de suministro marítimas. En ese sentido, Melissa representa un doble riesgo: materialmente por los daños directos, y también para la confianza inversora y la recuperación económica de la región tras años de sobrecargas por la pandemia y otros huracanes.
Intensificación explosiva y amenaza concreta
El centro de la pendiente tormenta se localiza a pocas decenas de millas al sur-suroeste de Kingston (Jamaica) y se desplaza muy lentamente, lo que favorece que zonas costeras y montañosas puedan recibir precipitaciones extremas y prolongadas. El National Hurricane Center (NHC) advierte que en Jamaica podrían caer hasta 40 pulgadas (≈1 metro) de lluvia y que el oleaje podría alcanzar hasta 4 metros de altura en zonas costeras.
El gigantesco volumen de agua y viento, combinado con una circulación lenta, genera escenarios de inundación, colapso de infraestructura, cortes eléctricos y aislamiento de comunidades. En Haití ya se han registrado muertes por efectos indirectos del sistema.
Impacto económico inmediato y de largo plazo
Para Jamaica, el turismo representa un pilar central de su economía: hoteles, vuelos y servicios dependen de la estabilidad del clima y del entorno. Una paralización por días o semanas podría reducir drásticamente los ingresos por visitantes y afectar todos los niveles de actividad local.
En el sector agrícola, productos como el banano, la caña de azúcar o el café —ya expuestos a la volatilidad climática— enfrentan ahora riesgo de anegamiento, pérdida de cosechas y retrasos en exportación. En Haití, donde la crisis alimentaria y de abastecimiento ya estaba presente, Melissa podría agravar seriamente la situación.
Las cadenas logísticas marítimas también se verán afectadas: el Caribe es paso clave para contenedores, cruceros y suministro de mercancías a Centroamérica y el sur de Estados Unidos. Un cierre prolongado de puertos y la interrupción de servicios de transporte encarecen costes y generan cuellos de botella.
Factores de vulnerabilidad y claves para la región
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Infraestructura crítica débil: Muchas islas caribeñas tienen redes eléctricas y de comunicaciones vulnerables. Un huracán como Melissa puede activar apagones generalizados.
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Topografía montañosa: Jamaica y Haití presentan zonas elevadas propensas a deslizamientos cuando la lluvia es torrencial, lo que multiplica el riesgo humano.
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Dependencia del exterior: La importación de combustibles, alimentos y materiales de construcción hace que interrupciones logísticas tengan efecto inmediato en la economía doméstica.
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Seguro y financiación: Muchas inversiones turísticas no cuentan con coberturas amplias. El impacto podría derivar en aumentos de primas o retirada de capital externo.
¿Qué sigue?
Las autoridades de Jamaica han activado planes de evacuación y refugio en zonas costeras y bajas, mientras Hacienda estimará el impacto directo sobre PIB local en los próximos días. El NHC advierte que aunque Melissa haga contacto como categoría 4 o 5, el daño sería muy importante y la reconstrucción costosa.
Para los inversores y actores de negocio, es momento de seguir dos variables clave:
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El comportamiento de los suministros hosteleros y de turismo: cancelaciones, pérdidas y reinversiones.
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La evolución del seguro climatológico y su repercusión en la financiación de proyectos de infraestructura.
El huracán Melissa no es solo una emergencia meteorológica: es un evento estructural que puede afectar la economía del Caribe, con efectos que pueden prolongarse más allá del paso de la tormenta. Para los países de la región, para los inversores y para las industrias dependientes del clima y de la logística, el mensaje está claro: la resiliencia y la gestión preventiva serán tan importantes como el impacto inmediato. Desde Negocios TV, seguimos de cerca el desarrollo del fenómeno y su repercusión económica para la región.