Israel entrega 15 cuerpos palestinos por cada rehén: el intercambio más delicado desde el inicio de la guerra
Israel ha devuelto los cuerpos de 15 palestinos a cambio del cuerpo de un cautivo israelí, uno de los últimos cuatro rehenes capturados por Hamás en el ataque del 7 de octubre de 2023. Con este movimiento, el número total de palestinos repatriados asciende a 330, en lo que se considera un gesto decisivo dentro de la primera fase de la tregua.
Con esta nueva transferencia, el total de palestinos cuyos restos han sido repatriados asciende ya a 330 , según confirman fuentes oficiales de ambas partes y medios regionales. El intercambio, aunque simbólico, llega en un momento en el que las negociaciones se encuentran en su tramo más sensible, con presiones cruzadas de Estados Unidos, Egipto y Catar, los principales intermediarios del proceso.
Un gesto limitado, pero con fuerte carga política
Para Israel, la devolución de cuerpos —y no de rehenes vivos— refleja la extrema complejidad de las negociaciones con Hamás, que continúa fragmentada y sometida a una estructura de mando debilitada por los bombardeos. Aun así, la recuperación de restos humanos es considerada por el Gobierno israelí una cuestión de Estado , especialmente para familias que llevan más de dos años esperando una certeza mínima.
Del lado palestino, la devolución de cuerpos tiene un significado aún más profundo. Muchas de las familias afectadas llevaban meses reclamando el derecho básico a enterrar a sus muertos , un gesto que adquiere dimensiones sociales y religiosas determinantes en una región donde el duelo colectivo es parte esencial de la identidad
La tregua: avances, dudas y un calendario incierto
Aunque los mediadores han insistido en que el intercambio refleja «avances tangibles», lo cierto es que la tregua se mantiene sobre un equilibrio extremadamente frágil . Israel asegura que no renunciará a sus operaciones contra la infraestructura militar de Hamás mientras se negocian las siguientes fases del acuerdo, que incluyen la liberación escalonada de rehenes vivos y, eventualmente, garantías de seguridad sostenibles.
Hamás, por su parte, exige garantías vinculantes de que Israel reduzca su actividad militar y permita un acceso humanitario más amplio. Las agencias internacionales, como la ONU y la Cruz Roja, siguen alertando del deterioro de las condiciones en Gaza, donde la infraestructura civil y sanitaria continúa al borde del colapso.
Presión internacional: Washington y El Cairo intensifican los contactos
Fuentes diplomáticas citadas por Reuters y Al Jazeera señalan que la Casa Blanca ha intensificado sus contactos con Tel Aviv, recordando que el presidente estadounidense Donald Trump considera la resolución del conflicto como una prioridad estratégica en su agenda exterior. En paralelo, Egipto y Catar continúan actuando como canales esenciales para mantener el diálogo abierto
Washington busca evitar que el conflicto vuelva a desbordarse, especialmente ante el riesgo de enfrentamientos regionales con Hizbulá en el Líbano o las milicias hutíes en Yemen. La recuperación del cuerpo del cautivo israelí alivia parcialmente la presión sobre el Gobierno israelí, pero no resuelve su mayor desafío: garantizar la liberación de los rehenes vivos que aún permanecen en Gaza .
Un intercambio que no cierra heridas
Más allá del impacto político, el intercambio revela el dolor acumulado de ambas partes. Las familias palestinas que reciben por fin los restos de sus seres queridos se enfrentan a una realidad devastadora: muchos cuerpos llegan sin ser identificados completamente o en condiciones muy deterioradas. En Israel, los familiares del rehén recuperado piden «certezas», pero también exigen «que no se deje a nadie atrás» en futuras rondas de negociación.
El intercambio de cuerpos es, por tanto, mucho más que un gesto humanitario. Es el recordatorio de que, pese a las treguas, la guerra sigue viva en cada familia , israelí y palestina, y de que los acuerdos aún distan mucho de garantizar una estabilidad real