Las Fuerzas de Defensa de Israel confirman el inicio del repliegue militar en cumplimiento del acuerdo mediado por Estados Unidos, Egipto y Qatar.

Israel inicia su retirada de Gaza tras el acuerdo con Hamás: comienza la primera fase del plan de paz de Trump

El ejército israelí ha comenzado los preparativos para retirar sus tropas de la Franja de Gaza, en el marco de la primera fase del acuerdo alcanzado con Hamás y respaldado por Washington. Según un comunicado oficial, el repliegue se realizará conforme a las directrices del gobierno y tras una evaluación de la situación sobre el terreno. Pese a la retirada, las Fuerzas de Defensa de Israel aseguran que mantendrán su capacidad operativa ante cualquier eventualidad.

Israel ha iniciado el proceso de repliegue de su ejército en Gaza, marcando un punto de inflexión histórico tras meses de conflicto. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron este jueves que han comenzado las operaciones para retirar parte de sus tropas del enclave palestino, cumpliendo así la primera fase del plan de paz impulsado por Estados Unidos y mediado por Egipto, Qatar y Turquía.

“De acuerdo con las directrices del nivel político y tras una evaluación de la situación, las FDI han iniciado los preparativos operativos para la implementación del acuerdo”, señala el comunicado difundido por el ejército israelí. Según el texto, las fuerzas comenzarán a moverse hacia “nuevas líneas de despliegue ajustadas”, con el objetivo de reducir la presencia militar directa en la Franja mientras se mantiene la capacidad de respuesta ante cualquier amenaza.

El repliegue forma parte del plan anunciado por el primer ministro Benjamin Netanyahu, aprobado este jueves por el gabinete israelí tras semanas de intensas negociaciones. La iniciativa contempla un alto el fuego temporal, la liberación de rehenes israelíes a cambio de prisioneros palestinos y la entrada masiva de ayuda humanitaria en Gaza bajo supervisión internacional.

Fuentes de seguridad israelíes, citadas por medios locales, han asegurado que la retirada será gradual y se ejecutará por fases, priorizando las zonas menos conflictivas. En el norte de Gaza, donde aún existen focos de tensión, las tropas permanecerán desplegadas hasta que los mediadores garanticen condiciones seguras para el tránsito de civiles y la distribución de suministros.

El acuerdo, promovido por la administración de Donald Trump, ha sido respaldado por Naciones Unidas y la Unión Europea, que lo consideran un avance decisivo hacia la estabilización regional. La tregua —de carácter inicial— abre la puerta a un proceso más amplio de reconstrucción y gobernanza civil en Gaza, en el que se prevé el establecimiento de una autoridad transitoria palestina con apoyo internacional.

Desde Washington, el secretario de Estado Antony Blinken celebró la decisión de Israel y calificó la retirada como “un paso valiente hacia la paz”. Por su parte, Egipto y Qatar confirmaron que seguirán supervisando la implementación de la primera fase del acuerdo para asegurar el cumplimiento de los compromisos de ambas partes.

A nivel interno, la medida ha generado reacciones encontradas en Israel. Mientras amplios sectores de la sociedad celebran la posibilidad de poner fin a la guerra y recuperar a los rehenes, los partidos de línea dura, encabezados por el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich, han manifestado su oposición al acuerdo por considerarlo “una concesión peligrosa”.

Sin embargo, el gobierno de Netanyahu sostiene que el plan no implica una cesión de soberanía, sino una “estrategia calculada” para garantizar la seguridad nacional y aliviar la crisis humanitaria. “Israel mantiene su derecho a defenderse y a actuar si Hamás viola el alto el fuego”, subrayó un portavoz del ejército.

Con este movimiento, Israel da inicio a la fase más sensible del plan de paz. Si la retirada se desarrolla según lo previsto y se concreta la liberación de rehenes en los próximos días, el proceso podría convertirse en el mayor avance diplomático en Oriente Medio en más de una década.