Los mercados miran a Jackson Hole en busca de pistas sobre la política monetaria

Jackson Hole 2025: Powell frente a la presión de la deuda y la independencia de los bancos centrales

El simposio económico de Jackson Hole arranca esta semana en Wyoming con la atención mundial puesta en el discurso de Jerome Powell. La cita llega en un momento marcado por la moderación de la inflación en Europa, las discrepancias internas en la FED y la creciente presión fiscal que pone a prueba la independencia de los bancos centrales.

Los mercados financieros vuelven a detenerse en Jackson Hole. El foro organizado por la Reserva Federal de Kansas City, que desde 1978 se ha convertido en una de las citas más influyentes en política monetaria, arranca este 21 de agosto y se extenderá hasta el sábado 23 en Wyoming. Y como cada año, todas las miradas estarán puestas en el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, cuyo discurso del viernes puede marcar el rumbo de los mercados globales.

El contexto no puede ser más particular. En Europa, el dato final del IPC de la Eurozona confirma que la inflación se modera hasta el 2% general y el 2,3% subyacente, acercándose al objetivo del BCE. La caída del petróleo, la fortaleza del euro y la contención salarial han permitido al Banco Central Europeo ganar margen de maniobra. De momento, se siente cómodo con los tipos actuales, aunque no descarta un recorte en diciembre si los estímulos fiscales se retrasan y la inflación sigue cayendo.

Al otro lado del Atlántico, la situación es más tensa. Las actas de la última reunión de la FED han dejado ver discrepancias internas: algunos miembros ya defienden reanudar los recortes de tipos, mientras otros temen que la inflación aún no esté bajo control. La clave, sin embargo, estará en lo que Powell diga este viernes. Un tono más flexible abriría la puerta a una bajada en septiembre, dando oxígeno a los mercados. En cambio, si opta por la firmeza, podríamos ver ventas en bolsa y un repunte en los rendimientos de la deuda.

Este debate se da en plena “era de la dominancia fiscal”. Gobiernos con niveles de deuda récord, como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania o Japón, presionan para mantener políticas monetarias laxas que reduzcan el coste de endeudamiento. La OCDE estima que los países desarrollados emitirán este año deuda por 17 billones de dólares, lo que intensifica la tensión entre las necesidades políticas y la credibilidad de los bancos centrales.

La renta variable estadounidense, en máximos históricos, necesita nuevas razones para seguir subiendo. Jackson Hole podría ser ese catalizador. Pero también los mercados de bonos reflejan la creciente preocupación: los rendimientos a largo plazo evidencian que la dominancia fiscal ya está condicionando las expectativas de inversión.

Por ello, el discurso de Powell no será un mero trámite. Cada palabra puede alterar los flujos de capital a escala global. Jackson Hole 2025 se convierte así en un termómetro para medir hasta dónde llega la independencia de los bancos centrales frente a gobiernos que buscan aliviar sus cuentas públicas. Y lo que decida Powell, más allá de la FED, marcará inevitablemente el pulso de la economía mundial en los próximos meses.