El líder venezolano asegura que el país cuenta con un arsenal de misiles portátiles Igla-S distribuidos por toda su red de defensa aérea.

Maduro presume tener 5.000 misiles rusos: “Podemos disuadir a Estados Unidos y garantizar la paz”

EPA-EFE/MIGUEL GUTIERREZ

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, afirmó este miércoles que el país dispone de 5.000 misiles rusos tipo Igla-S, una de las armas antiaéreas portátiles más temidas del mundo. El mandatario aseguró que con este arsenal su gobierno puede “disuadir a las fuerzas de Estados Unidos en el Caribe y garantizar la paz”, según declaraciones recogidas por la agencia AFP.

El anuncio llega en un momento de alta tensión entre Caracas y Washington, después de que la administración de Donald Trump ordenara una serie de ataques contra embarcaciones sospechosas de narcotráfico en el Caribe. Maduro respondió calificando estas acciones como “provocaciones imperiales” y prometiendo que Venezuela “responderá con firmeza” ante cualquier incursión militar.

“Contamos con más de 5.000 misiles Igla-S, desplegados estratégicamente en nuestro sistema de defensa aérea. Con ellos podemos garantizar la soberanía del país y la paz de nuestra patria”, declaró el mandatario durante un acto con las Fuerzas Armadas Bolivarianas transmitido por la televisión estatal.

Los Igla-S, fabricados por Rusia, son misiles tierra-aire portátiles capaces de derribar aviones o helicópteros a baja altura en un radio de hasta 6 kilómetros. Fueron diseñados originalmente para uso militar en zonas de combate y, según informes de defensa internacional, Venezuela ha venido adquiriendo este tipo de armamento desde mediados de la década de 2000, cuando estrechó su alianza con Moscú bajo el gobierno de Hugo Chávez.

Tensión regional y alerta internacional

Fuentes militares citadas por Reuters y El País advierten que el arsenal venezolano convierte al país en una de las naciones latinoamericanas con mayor capacidad antiaérea, y que la declaración de Maduro podría incrementar la preocupación en Washington y entre sus aliados del Caribe.

Analistas de seguridad señalan que esta exhibición de fuerza tiene también un componente político interno, ya que busca reforzar la narrativa del gobierno de Caracas sobre una “amenaza constante” por parte de Estados Unidos, en momentos en que el país atraviesa una grave crisis económica y energética.

Reacciones en Estados Unidos

Desde Washington, funcionarios del Pentágono consultados por la cadena CNN calificaron las declaraciones de Maduro como “una maniobra de propaganda”, aunque reconocieron que Venezuela posee uno de los sistemas de defensa aérea más avanzados del continente, con equipamiento ruso que incluye radares, misiles antiaéreos y aviones Sukhoi Su-30.

“El verdadero riesgo no es una guerra abierta, sino la proliferación de este tipo de armamento en la región”, señaló un alto funcionario del Departamento de Estado, advirtiendo que los misiles portátiles pueden ser susceptibles de caer en manos no estatales si el control del arsenal se debilita.

El anuncio de Maduro añade una nueva capa de tensión a la ya frágil relación entre Venezuela y Estados Unidos, en un contexto donde la militarización del Caribe y las acusaciones cruzadas de narcotráfico y espionaje aumentan el riesgo de incidentes diplomáticos o militares.