El tablero geopolítico se recalienta en Asia

Rusia despliega su flota en el Mar de China Meridional: crece la tensión militar global

Rusia despliega su flota en el Mar de China Meridional: crece la tensión militar global

El Kremlin ha vuelto a mover ficha en el tablero del Indo-Pacífico. Una flota naval rusa llegó esta semana al mar de China Meridional, uno de los puntos más tensos del planeta, donde China, Estados Unidos y sus aliados mantienen disputas territoriales y maniobras militares cruzadas. El gesto de Moscú se interpreta como un respaldo directo a Pekín frente a Washington y una nueva muestra del eje geopolítico Moscú-Pekín.

La flota del Pacífico rusa —compuesta por la fragata Marshal Shaposhnikov, la corbeta Gremyashchy y el gran petrolero Boris Butoma— arribó al puerto de Da Nang (Vietnam) para lo que Moscú calificó como una “visita amistosa”, según confirmó la embajada rusa en Hanoi. Durante su estancia, oficiales rusos y vietnamitas celebrarán reuniones bilaterales, y los marineros visitarán enclaves históricos del país antes de continuar su despliegue por el Asia-Pacífico.

Sin embargo, la visita tiene una lectura geopolítica mucho más profunda. Según Newsweek, este despliegue se produce justo cuando Estados Unidos y China compiten por influencia militar en el sudeste asiático, con ejercicios simultáneos junto a sus respectivos aliados regionales. La llegada de la flota rusa a Vietnam refuerza la presencia de Moscú en un escenario dominado por Washington y Pekín, y apunta a un alineamiento tácito con China en los conflictos marítimos de la zona.

El mar de China Meridional —donde China, Filipinas, Vietnam, Malasia y Brunei mantienen reclamaciones superpuestas— se ha convertido en uno de los principales focos de tensión global. La presencia militar rusa se percibe como un gesto simbólico de apoyo a Pekín frente a las patrullas estadounidenses que defienden la “libertad de navegación” en la región.

Según el experto Ian Storey, del Instituto ISEAS-Yusof Ishak de Singapur, “Rusia proyecta una imagen benigna en el sudeste asiático; no es vista como una amenaza, y la figura de Putin se percibe como la de un líder fuerte que desafía a Occidente”. Este factor, añade, le permite ganar espacio diplomático donde Estados Unidos pierde terreno.

El despliegue coincide con los esfuerzos de Vietnam por equilibrar sus relaciones con los grandes poderes. Aunque históricamente dependiente del armamento ruso, Hanoi ha reforzado sus lazos militares tanto con Washington como con Pekín en los últimos años. Aun así, Moscú mantiene un papel relevante en la industria naval vietnamita: el asesor de Putin, Nikolai Patrushev, visitó recientemente Hanoi para promover inversiones rusas en astilleros e infraestructuras portuarias.

La misión naval partió de Vladivostok a principios de octubre y fue monitorizada por Japón, ya que el convoy navegó dos veces cerca de sus aguas territoriales rumbo al sur. La prensa japonesa ha interpretado el movimiento como un aviso del Kremlin de que su poder naval en el Pacífico sigue intacto, pese al desgaste provocado por la guerra en Ucrania.

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ya había anticipado en abril que “Estados Unidos toma sistemáticamente partido contra las reclamaciones de China en el mar de China Meridional y el mar de China Oriental”, dejando entrever la coordinación diplomática entre Moscú y Pekín frente al bloque occidental.

Con este movimiento, Rusia consolida su estrategia de “ofensiva diplomática asiática”, buscando romper el aislamiento occidental y reforzar sus vínculos con economías emergentes del sudeste asiático. Según analistas de Bloomberg, el Kremlin ve en Asia “una vía alternativa para mantener su influencia global y aliviar el impacto de las sanciones europeas y estadounidenses”.

La pregunta que flota en el aire es si este despliegue representa solo una maniobra de presencia o un preludio de cooperación militar más estrecha entre Rusia y China. En un contexto en el que la OTAN alerta sobre un posible ataque ruso en Europa si China invade Taiwán, la presencia naval rusa en aguas disputadas añade una nueva capa de incertidumbre al ya frágil equilibrio global.