Rusia intensifica su ofensiva aérea con la destrucción de 365 drones ucranianos

Rusia derriba 365 drones ucranianos y ataca sitios clave con misiles y aeronaves

EPA / EF E ST A S K O Z L I U K​​​​

El Ministerio de Defensa ruso informó este lunes que sus fuerzas aéreas han derribado 365 drones ucranianos durante las últimas 24 horas, en lo que se ha considerado uno de los mayores esfuerzos de defensa aérea desde el inicio del conflicto. Además de los drones, las fuerzas rusas destruyeron una bomba aérea guiada y un sistema de cohetes de lanzamiento múltiple HIMARS, componentes esenciales del arsenal de Ucrania. Este ataque forma parte de una serie de operaciones militares que también involucraron misiles y artillería, con el objetivo de neutralizar objetivos estratégicos en todo el territorio ucraniano.

La aviación operacional-táctica, los misiles y la artillería de las Fuerzas Armadas rusas se utilizaron para atacar instalaciones de almacenamiento, puntos de preparación para los lanzamientos de drones y sitios de despliegue temporal de fuerzas ucranianas y mercenarios extranjeros. Esta escalada de ataques aéreos subraya el enfoque de Rusia en eliminar las capacidades ofensivas y defensivas de Ucrania, con el objetivo de reducir su capacidad para llevar a cabo operaciones militares en diversas regiones del conflicto.

Los 365 drones derribados en las últimas horas son parte de la impresionante cifra de 94.732 vehículos aéreos no tripulados destruidos por Rusia desde el comienzo del conflicto. Estos drones ucranianos, que incluyen modelos de ataque como el Shahed, han sido clave para la estrategia defensiva de Ucrania, permitiendo ataques de precisión sin poner en riesgo a las tropas. La destrucción de este número tan elevado de drones implica un golpe importante para las operaciones ucranianas, dado el papel fundamental que juegan en el campo de batalla actual.

La destrucción de una bomba aérea guiada y un sistema HIMARS también representa un avance significativo en la ofensiva rusa. El HIMARS es un sistema de misiles de alta precisión suministrado por Estados Unidos a Ucrania, que ha sido utilizado para atacar posiciones estratégicas rusas y para infligir daños significativos a la infraestructura militar del adversario. La pérdida de un HIMARS podría afectar la capacidad de Ucrania para realizar estos ataques de precisión, ya que estos sistemas son esenciales para destruir objetivos de alto valor, como centros de mando, depósitos de municiones y sistemas de defensa aérea.

Desde el comienzo del conflicto, Rusia ha destruido un total de 668 aeronaves, 283 helicópteros y 1.609 vehículos de combate con sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes, lo que demuestra la eficacia de sus ataques aéreos y de misiles. Sin embargo, los analistas militares advierten que, a pesar de la destrucción masiva de equipos ucranianos, las fuerzas ucranianas siguen siendo una amenaza significativa en el campo de batalla, en gran parte debido a la continua asistencia militar de Occidente, que ha proporcionado una variedad de armas avanzadas y sistemas de defensa para contrarrestar los ataques rusos.

Por su parte, Ucrania sigue mejorando sus capacidades de defensa aérea, desplegando nuevos sistemas de misiles y utilizando tecnologías avanzadas para interceptar los ataques rusos. Además, las tácticas de guerra no convencionales, como el uso de drones y armas de precisión, siguen siendo cruciales para Ucrania en su lucha por defender su territorio. La continua destrucción de drones por parte de Rusia subraya la amenaza constante que representa la aviación y los vehículos no tripulados, que han revolucionado la guerra moderna.

 

Autor: Pavljenko

El continuo uso de misiles de largo alcance y aeronaves de combate por parte de Rusia refleja la estrategia de desgaste, dirigida a deshabilitar las capacidades militares de Ucrania de manera progresiva. Las fuerzas rusas están atacando no solo a las tropas ucranianas, sino también a las infraestructuras críticas del país, como sus sistemas de energía y comunicaciones. El objetivo final parece ser debilitar el esfuerzo de guerra de Ucrania, al mismo tiempo que se reduce la moral de la población y las fuerzas armadas ucranianas.

A nivel internacional, las tensiones continúan creciendo, ya que los países occidentales siguen proporcionando apoyo militar a Ucrania, mientras que Rusia continúa intensificando sus ataques aéreos. El impacto de esta escalada es profundo, no solo para las fuerzas ucranianas y rusas, sino también para la población civil, que sigue siendo víctima de los ataques y los efectos colaterales del conflicto.