Tres menores arrasan el histórico campo del FC Haka

Tres adolescentes prenden fuego al estadio de su equipo tras el descenso: el FC Haka se queda sin casa

FC Haka

El descenso del FC Haka a Segunda División en Finlandia ha terminado en tragedia deportiva y patrimonial. Tres adolescentes, supuestos aficionados del club, incendiaron gran parte del mítico Tehtaan kenttä como “venganza” por la mala temporada del equipo. El estadio ha quedado prácticamente reducido a cenizas y la estructura principal será demolida, desatando un fuerte debate sobre violencia juvenil, responsabilidad y educación en el fútbol.

Vandalismo extremo tras el descenso del FC Haka

El FC Haka, uno de los clubes históricos de la Liga de Finlandia, con nueve títulos de la Veikkausliiga y 12 Copas Nacionales, vive uno de los momentos más oscuros de su historia reciente. Tras consumarse su descenso a Segunda División el pasado octubre, tres adolescentes, seguidores del equipo, decidieron “vengarse” de forma brutal: incendiando gran parte de su estadio, el Tehtaan kenttä.

El Haka cayó a la categoría de plata después de terminar último del Grupo B con tan solo 17 puntos, un golpe deportivo que encendió los ánimos de un sector radical de la afición. La noche del pasado domingo, tres menores lograron colarse en las instalaciones y prendieron fuego a una de las tribunas y a la propia cancha. Uno de los implicados, de apenas 15 años, ya ha confesado los hechos ante las autoridades.

Un estadio histórico reducido a cenizas

La propagación del fuego fue rápida y devastadora. Las llamas arrasaron buena parte de la estructura de madera de la grada, el material almacenado y el césped sintético, que quedó seriamente dañado. A la mañana siguiente, con la luz del día, la escena era desoladora: asientos calcinados, restos humeantes y un terreno de juego prácticamente inservible.

Aunque la estructura principal del estadio se mantiene en pie, los daños son tan graves que las autoridades y el club dan por hecho que será necesaria su demolición. El emblemático Tehtaan kenttä, conocido como “Factory Field”, ha quedado marcado por uno de los episodios más impactantes del fútbol finlandés reciente.

“No necesitábamos esto”: la directiva, conmocionada

El presidente del club, Marko Larsson, reconoció el durísimo golpe que supone este incendio para una entidad ya muy tocada en lo deportivo y en lo económico. “Ciertamente no necesitábamos esto, eso está claro. Ya hemos recibido mucho apoyo de la gente y seguiremos necesitándolo en el futuro”, declaró, subrayando que la prioridad ahora es garantizar la continuidad del proyecto deportivo en un contexto de máxima incertidumbre.

Por su parte, el director deportivo del Haka, Olli Huttunen, lanzó un mensaje contundente ante la prensa local: “Esto es impactante si pensamos lo importante que es el Factory Field en el fútbol finlandés. Este tipo de comportamiento, donde no te importa la propiedad ajena, es indignante. Desafortunadamente, el mundo es así”. Sus palabras reflejan la mezcla de indignación, tristeza y desconcierto que recorre a la entidad y a la comunidad.

Un caso que abre el debate sobre responsabilidad y educación

Más allá del impacto deportivo y económico, el caso ha reabierto el debate sobre la responsabilidad de los menores en este tipo de delitos. De acuerdo con la legislación finlandesa, los tres adolescentes implicados no son imputables penalmente, lo que limita las consecuencias jurídicas directas para ellos y desplaza el foco hacia las medidas educativas y sociales.

En la comunidad local, el suceso ha generado una profunda reflexión sobre el papel de la educación en valores, el control de la frustración en el ámbito deportivo y la necesidad de reforzar los mecanismos de prevención para evitar que la pasión por un club derive en actos violentos y destructivos. En un país que rara vez registra incidentes de esta magnitud, el incendio del estadio del Haka se percibe como una llamada de atención sobre hasta dónde puede llegar la mezcla tóxica de fanatismo, ira y ausencia de límites.

Mientras el club evalúa los daños y estudia cómo reconstruir su casa deportiva, una idea se impone entre directivos, aficionados y autoridades: el desafío no será solo levantar de nuevo un estadio, sino también reconstruir la confianza y el sentido de comunidad alrededor de un equipo que, a pesar de su descenso, sigue siendo un símbolo del fútbol finlandés.