Triunfo de Trump en la ONU abre nueva etapa para Gaza pese a polémica de Hamás
El Consejo de Seguridad de la ONU aprueba la creación de una Junta de Paz impulsada por Estados Unidos para supervisar Gaza. La medida, celebrada por Donald Trump pero rechazada por Hamás, abre un nuevo capítulo en la compleja dinámica de Oriente Medio.
El reciente respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU a la creación de una Junta de Paz una fuerza internacional ideada para supervisar Gaza marca un paso decisivo en la siempre compleja dinámica de Oriente Medio. Desde Washington, el presidente Donald Trump no dudó en proclamarlo como uno de sus mayores logros diplomáticos, mientras que Hamás mantiene su férrea oposición. ¿Estamos ante un giro significativo o un nuevo capítulo en una narrativa de tensiones sin fin?
El Consejo de Seguridad de la ONU, con amplias mayorías pero con abstenciones notables de potencias como Rusia y China, autorizó la formación de esta Junta de Paz. En esencia, el organismo tendría la tarea de velar por la seguridad, supervisar la reconstrucción y la administración local, apuntando a un horizonte que podría derivar en la creación de un Estado palestino.
Lo atractivo para la administración estadounidense radica en trasladar la responsabilidad a un ente internacional que logre cierta estabilidad en una región históricamente convulsa. Pero, como suele ocurrir, este tipo de iniciativas viene acompañada de interpretaciones contrapuestas.
No es menor el hecho de que dos miembros permanentes del Consejo, Rusia y China, hayan optado por abstenerse en la votación. Este gesto indica la cautela y quizá un rechazo implícito ante la estrategia estadounidense, quizá por temores a que esta intervención favorezca intereses propios en detrimento de la autodeterminación palestina.
¿Podrá esta Junta funcionar teniendo en cuenta semejante división en el órgano decisorio mundial? La duda queda en el aire, y no parece menor.
Desde la Franja de Gaza, el grupo islamista Hamás no tardó en expresar su descontento. Considera que cualquier despliegue internacional, incluso bajo el paraguas de la ONU, equivaldría a una forma de 'tutela extranjera' que terminaría favoreciendo la ocupación.
Su propuesta es clara y estricta: la fuerza internacional podría ubicarse únicamente en las fronteras y siempre bajo supervisión total del organismo global, evitando cualquier tipo de intromisión dentro del territorio mismo.
Este desencuentro no solo complica las perspectivas inmediatas para Gaza, sino que pone en evidencia las dificultades de aplicar soluciones multilaterales en una zona con tantas capas políticas y sociales. Por mucho que existan buenos deseos, las realidades en el terreno a menudo obstaculizan el camino hacia la paz.
¿Qué significa este acuerdo para el futuro en Oriente Medio?No es exagerado afirmar que esta votación podría cambiar el tablero geopolítico, si bien el escepticismo sigue latente. Estados Unidos busca consolidar su influencia mediante este mecanismo, pero las voces discordantes avisan que sin un consenso real, la implementación será ardua.
Así pues, la pregunta queda flotando: ¿será esta Junta de Paz el inicio de un proceso efectivo para la ansiada estabilidad o simplemente otro hito en una larga cadena de intenciones frustradas? Sólo el tiempo y la comunidad internacional, con todos sus actores, podrán responder.