Trump estalla contra los demócratas: exige reabrir el Gobierno “esta misma noche” y acusa a Biden de hundir EE. UU.
Donald Trump vuelve al centro del huracán político en Washington. Tras el rechazo en el Senado tanto al proyecto de ley republicano como al demócrata para financiar al Gobierno federal, el expresidente lanzó un mensaje directo en su red social Truth Social instando a los demócratas a “reabrir el Gobierno esta misma noche”. El cierre parcial amenaza con alargarse, con miles de funcionarios sin salario y un clima electoral cada vez más tenso.
Estados Unidos se enfrenta a una nueva parálisis institucional. El Senado bloqueó por segunda vez las propuestas presupuestarias presentadas por ambos partidos, dejando sin acuerdo el financiamiento del Gobierno federal. La consecuencia inmediata: la amenaza de un cierre prolongado que podría afectar servicios públicos, programas de asistencia y pagos a contratistas federales.
Desde su plataforma Truth Social, Donald Trump arremetió contra los demócratas con el tono desafiante que lo caracteriza: “Los demócratas han CERRADO el Gobierno de Estados Unidos en medio de una de las economías más exitosas que nuestro país ha tenido, con un mercado bursátil récord”. El expresidente insistió en que está dispuesto a negociar políticas sanitarias o cualquier otra cuestión, “pero primero deben permitir que nuestro Gobierno vuelva a abrir”.
El cierre se produce en un contexto de máxima tensión política. La Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, había aprobado un paquete de financiación temporal que los demócratas en el Senado rechazaron por considerar que incluía recortes inasumibles en programas sociales. A su vez, la propuesta demócrata fue tumbada por los republicanos por “aumentar irresponsablemente el gasto público”.
Analistas en Washington señalan que el pulso no es solo económico, sino profundamente electoral. Con las elecciones presidenciales a la vista, Trump busca capitalizar la parálisis como símbolo del “fracaso de los demócratas” en gobernar, mientras el presidente Joe Biden trata de proyectar calma y responsabilidad institucional. “No se trata de política partidista, sino de proteger a las familias estadounidenses del daño que causa un cierre del Gobierno”, declaró un portavoz de la Casa Blanca.
El impacto potencial es considerable. Según la Oficina de Gestión y Presupuesto, más de 800.000 empleados federales podrían verse afectados por la suspensión de salarios si el bloqueo continúa. Sectores como el transporte aéreo, los parques nacionales y la tramitación de visados o ayudas públicas ya preparan planes de contingencia.
Los mercados, de momento, reaccionan con cautela. El índice S&P 500 cerró con leves caídas y los inversores evalúan los riesgos de un parón prolongado que pueda afectar la confianza económica. “La incertidumbre política es el nuevo riesgo macro de Estados Unidos”, advirtió el economista Paul Donovan de UBS.
Trump, que mantiene una fuerte influencia sobre el Partido Republicano, aprovecha la crisis para reforzar su discurso de liderazgo firme frente al “caos demócrata”. Su exigencia de reabrir el Gobierno “esta misma noche” es tanto una llamada a la acción como un movimiento estratégico para dominar la narrativa mediática.
Mientras tanto, las negociaciones siguen encalladas en el Capitolio. Nadie se atreve a pronosticar cuándo se alcanzará un acuerdo. Pero una cosa parece clara: la batalla por el presupuesto se ha convertido en una nueva prueba de fuego para la estabilidad política de Estados Unidos en pleno ciclo electoral.