Política y seguridad en Estados Unidos

Trump promete una Washington “libre de crimen” y plantea la pena de muerte para asesinos

El presidente Donald Trump ha asegurado que endurecerá las medidas de seguridad en la capital estadounidense. Su propuesta incluye aplicar la pena de muerte a quienes cometan asesinatos en Washington DC, una medida que califica como “preventiva y necesaria” para garantizar la seguridad.

Donald Trump ha vuelto a situar el debate sobre la seguridad en el centro de la agenda política de Estados Unidos. Desde la Casa Blanca, el presidente afirmó esta semana que cualquier persona que cometa un asesinato en Washington DC debería enfrentarse a la pena de muerte. “Pena capital, pena capital. Si alguien mata a alguien en la capital, vamos a buscar la pena de muerte”, subrayó con tono tajante.

Trump insistió en que su objetivo es lograr que Washington se convierta en una “ciudad libre de crimen”, presentando esta medida como un paso decisivo para reforzar la seguridad ciudadana. “Ha sido una medida muy fuerte y preventiva, y todos los que la han escuchado han estado de acuerdo con ello”, aseguró.

La declaración llega en un momento de creciente preocupación por la criminalidad en la capital estadounidense y busca reforzar su imagen de líder firme ante la inseguridad. No obstante, la propuesta abre un intenso debate en torno a la constitucionalidad y la aplicación de la pena de muerte en un país donde su uso varía en función de los estados y es objeto de controversia permanente.

El discurso de Trump apunta a movilizar a su base electoral con un mensaje contundente de orden y ley, en un escenario político marcado por la polarización. Washington DC, bajo jurisdicción federal, se convierte así en el epicentro de una propuesta que, de prosperar, podría redefinir la estrategia de seguridad en la capital y reactivar el debate nacional sobre la pena capital.

Con esta declaración, el presidente vuelve a lanzar un mensaje claro: su administración no dudará en endurecer las medidas penales para frenar la violencia. La cuestión ahora es si el Congreso y las instituciones judiciales estarán dispuestas a dar el paso hacia una política que podría tensar aún más el clima político y social en Estados Unidos.