Última hora en el frente energético de la guerra

Ucrania ataca con drones la planta petroquímica de Gazprom en Salavat, Rusia

Una nueva escalada en el conflicto ha ocurrido este miércoles: drones ucranianos impactaron la planta petroquímica Gazprom Neftekhim Salavat, en la región rusa de Bashkortostán, lo que confirma la capacidad de atacar instalaciones estratégicas profundas dentro del territorio ruso. Las autoridades locales calificaron el hecho como “terrorismo con drones”. Las brigadas de emergencia se despliegan en el lugar para contener incendios y evaluar daños. Mientras tanto, los mercados energéticos y las cancillerías observan atentas la evolución del suceso.

En una jugada que marca un antes y un después en la guerra entre Rusia y Ucrania, se ha informado de un ataque con drones contra la planta petroquímica Salavat, operada por Gazprom, situada en la república de Bashkortostán. El gobernador regional, Radiy Khabírov, describió el suceso como un “ataque terrorista con drones” y aseguró que los servicios de emergencia ya se encuentran movilizados para contener los incendios y determinar el impacto estructural.

Aunque algunos informes iniciales equivocaron la ubicación, contradiciendo versiones que situaban el objetivo a distancias imposibles, la planta está ubicada relativamente lejos de la frontera ucraniana, lo que refuerza la capacidad operativa de Ucrania para desplegar ataques más profundos.

Según datos disponibles, la instalación petroquímica Salavat es una de las más grandes de Rusia, con un ciclo de producción que abarca una amplia variedad de hidrocarburos, productos químicos básicos, plásticos y otros derivados. En el ataque anterior a esta misma planta ocurrido hace pocos días, se identificó daño en la unidad ELOU-AVT-4, una sección clave para el refinado primario de petróleo, lo que puede afectar el rendimiento general de la refinería.

Aun cuando no se han confirmado víctimas mortales —las autoridades locales sostienen que no hubo heridos—, las labores de control del incendio y la evaluación de daños siguen en curso. Las defensas antiaéreas rusas, al parecer, detectaron la incursión durante su paso, y los equipos de seguridad reportan que hubo disparos hacia los drones antes del impacto.

Este episodio adquiere mayor relieve en el marco de una serie de ataques selectivos lanzados por Ucrania contra la infraestructura energética rusa. En fechas recientes, refinerías y empresas de la industria petroquímica han sido blanco de drones en distintas regiones del país.

El impacto de esta ofensiva podría tener múltiples repercusiones: por un lado, disminuir temporalmente la capacidad productiva de Rusia en combustibles y productos químicos intermedios; por otro, encender las alarmas en los mercados energéticos internacionales, que ya reaccionan ante cualquier signo de inestabilidad. En el contexto geopolítico, el ataque supone también una demostración clara de que Ucrania puede proyectar su fuerza más allá de las zonas fronterizas, obligando a Rusia a reforzar su protección estratégica incluso en la retaguardia.

Para el futuro inmediato, se espera que las autoridades rusas divulguen un informe oficial de daños, y que Ucrania evalúe nuevas operaciones sobre blancos similares. Los aliados europeos y occidentales seguirán de cerca la evolución, pues cualquier escalada puede generar respuestas diplomáticas o económicas adicionales. El mercado del gas, del petróleo y de los productos petroquímicos podría sentir sacudidas si los daños comprometen exportaciones rusas clave o afectan la cadena logística del país.