El ejército ucraniano intensifica los ataques contra objetivos energéticos estratégicos en territorio ruso

Ucrania ataca la refinería de Saratov y la terminal de Feodosia para cortar el suministro ruso de combustible

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El Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania confirmó el martes que llevó a cabo un ataque nocturno contra la refinería rusa de Saratov y la terminal petrolera marítima de Feodosia, además de otras infraestructuras estratégicas en el oeste de Rusia. Kiev afirma que estas acciones forman parte de su estrategia para debilitar la capacidad militar y económica de Moscú y frenar el suministro de combustible a las tropas rusas desplegadas en Ucrania.

Según el comunicado difundido en las primeras horas del martes, la refinería de Saratov, una de las más antiguas y relevantes del país, produce más de 20 tipos de productos derivados del petróleo y desempeña un papel fundamental en el abastecimiento energético de las fuerzas rusas. El ejército ucraniano señaló que el objetivo de este ataque fue interrumpir el flujo de combustible que sostiene la maquinaria bélica del Kremlin.

La refinería está involucrada en satisfacer las necesidades del ejército de ocupación ruso, y su neutralización contribuye directamente a reducir la capacidad de agresión de Moscú”, indicó el parte militar ucraniano, difundido a través de sus canales oficiales.

Además, Kiev confirmó que su ofensiva alcanzó la terminal petrolera de Feodosia, situada en Crimea, una infraestructura considerada “clave para el suministro marítimo de combustible y lubricantes” hacia los territorios ocupados del sur de Ucrania. Las autoridades militares afirmaron que aún se evalúa el alcance de los daños, aunque imágenes satelitales preliminares publicadas por medios locales muestran columnas de humo saliendo de la zona industrial tras las explosiones.

Este es el segundo ataque registrado contra la refinería de Saratov en lo que va del mes, en una escalada que refleja el cambio de táctica de Ucrania hacia la guerra de largo alcance y desgaste logístico. Desde comienzos de otoño, las Fuerzas Armadas ucranianas han intensificado el uso de drones de ataque y misiles de precisión para golpear objetivos dentro del territorio ruso, especialmente en regiones que albergan plantas energéticas, fábricas de armamento y depósitos de combustible.

El Kremlin, por su parte, no ha emitido una respuesta oficial inmediata, aunque fuentes del gobierno regional citadas por la agencia estatal TASS aseguraron que el fuego fue controlado rápidamente y que no hubo víctimas mortales. Sin embargo, los medios rusos han informado de “interrupciones parciales” en la producción y el transporte de combustible desde Saratov hacia el sur del país.

Analistas militares sostienen que estos ataques tienen un doble objetivo: reducir la capacidad logística de Rusia y minar la moral de su aparato militar, especialmente en un momento en el que el conflicto entra en su tercer invierno. “Ucrania está intentando alterar la infraestructura que mantiene la ofensiva rusa en el frente sur y este. Golpear las refinerías no solo afecta al ejército, sino también a la economía interna rusa”, explicó el analista militar ucraniano Oleksandr Kovalenko en declaraciones al portal Ukrinform.

Desde la perspectiva de Kiev, la estrategia busca presionar a Moscú a través de su economía energética, del mismo modo que Rusia ha intentado desestabilizar el sistema energético ucraniano durante los últimos dos años. El ataque a Feodosia, además, apunta directamente al control marítimo en el mar Negro, donde Ucrania ha logrado importantes avances tras haber inutilizado varios buques de la flota rusa con drones navales.

Las operaciones ucranianas dentro de territorio ruso se han vuelto cada vez más frecuentes. Solo en las últimas semanas, el país ha reivindicado ataques contra refinerías en Briansk, Riazán y Samara, así como contra depósitos de munición y radares de defensa aérea. Estos golpes, aunque limitados en alcance, han demostrado la creciente sofisticación tecnológica y capacidad operativa de las fuerzas ucranianas, que continúan adaptando sus estrategias frente a la superioridad numérica rusa.

El comunicado del Estado Mayor concluye que las Fuerzas Armadas “seguirán adoptando todas las medidas necesarias para debilitar el potencial militar y económico del enemigo y para forzar a la Federación Rusa a detener su agresión armada contra Ucrania”.

Mientras tanto, los gobiernos occidentales han reiterado su apoyo a Kiev, pero también han pedido prudencia en los ataques más allá del territorio ucraniano, preocupados por una posible escalada directa con Rusia. Sin embargo, funcionarios en Washington y Bruselas reconocen que Ucrania tiene derecho a defenderse y a interrumpir las líneas de suministro que alimentan la invasión.