Von der Leyen se juega su futuro político: Estrasburgo vota hoy la doble moción de censura que podría tumbar a la Comisión Europea
El Parlamento Europeo celebra este jueves una jornada decisiva para el futuro de Ursula von der Leyen. En Estrasburgo se votan dos mociones de censura consecutivas que, si prosperaran, obligarían a dimitir a toda la Comisión Europea. Aunque el escenario más probable es su supervivencia, el resultado servirá como termómetro de su fuerza política tras meses de tensiones por la gestión del Pacto Verde, los acuerdos comerciales y la guerra en Gaza.
El reloj político de Bruselas marca la hora de la verdad para Ursula von der Leyen. Tres meses después de haber sorteado su última moción de censura, la presidenta de la Comisión Europea vuelve al punto de mira del Parlamento Europeo, que este jueves vota dos iniciativas simultáneas para destituir a su Ejecutivo.
Las mociones, promovidas por los grupos Patriotas por Europa (PfE) y La Izquierda, llegan tras un debate encendido en el que las críticas se centraron en la política comercial y climática de la Comisión, su gestión de la crisis migratoria y su postura frente al conflicto entre Israel y Hamás.
La moción de los Patriotas por Europa, el grupo de ultraderecha liderado por Jordan Bardella, acusa a la Comisión de “poner en riesgo a la agricultura europea” por los recientes acuerdos con Estados Unidos y Mercosur, que permitirían la entrada de productos “sin los estándares ambientales, sociales y sanitarios de la UE”. También denuncia la supuesta falta de transparencia del Ejecutivo comunitario y su “fracaso en frenar la inmigración irregular”.
Por su parte, la moción presentada por La Izquierda, encabezada por Manon Aubry, coincide en criticar los acuerdos comerciales, pero añade un reproche frontal a la gestión del Pacto Verde Europeo y a la “inacción” ante las crisis climática y social. Además, condena la postura de Bruselas respecto a Gaza, calificando de “fracaso moral” su silencio ante “las violaciones del derecho internacional por parte del Gobierno israelí”.
Von der Leyen, consciente de que los números no le son favorables para un golpe parlamentario, ha optado esta vez por un tono conciliador. En su intervención del lunes pidió a los eurodiputados “centrarse en cumplir con los europeos” y rebajó la dureza que mostró en julio, cuando acusó a sus críticos de estar “bajo los titiriteros de Rusia”.
Los grupos centristas que sostienen a la Comisión —el PPE, los Socialistas y Demócratas (S&D) y Renew Europe— han cerrado filas en torno a la presidenta. El PPE, con 188 eurodiputados, votará en bloque en contra de ambas mociones. “Estas votaciones son una maniobra propagandística sin recorrido”, zanjó su líder, Manfred Weber. El grupo socialista también ha anunciado su rechazo, aunque algunos de sus miembros podrían abstenerse en la moción de La Izquierda. Renew Europe, con 75 escaños, ha sido tajante: “No vamos a entrar en ese juego”, afirmó su portavoz, Vincent Stuer.
Al otro lado del hemiciclo, los Patriotas por Europa (84 diputados) apoyarán su propia moción y probablemente también la de La Izquierda, mientras que los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), con 79 miembros, dejarán libertad de voto a sus delegaciones nacionales. En la izquierda, el bloque Verde/ALE se inclina mayoritariamente por votar en contra, aunque algunos eurodiputados españoles e italianos romperán disciplina para apoyar la moción de Aubry.
El resultado final dependerá del comportamiento de los grupos más pequeños, pero ningún analista prevé que se alcancen los 360 votos necesarios para tumbar a la Comisión. En la última moción, en julio, 175 diputados votaron a favor de la censura y 360 en contra. El umbral sigue siendo el mismo: dos tercios de los votos emitidos.
La atención, sin embargo, está en la lectura política del resultado. Si los apoyos a la censura aumentan respecto a julio, se interpretará como un aviso a Von der Leyen en vísperas del tramo final de la legislatura y de la negociación para su posible reelección al frente de la Comisión. Si la cifra se mantiene o cae, su posición saldrá reforzada de cara al Consejo Europeo.
En cualquier caso, la votación de hoy refleja la creciente fragmentación del Parlamento Europeo, donde las alianzas tradicionales pierden fuerza y las mociones de censura se utilizan cada vez más como herramienta de desgaste político. Para Von der Leyen, que ha gobernado con una coalición centrista desde 2019, la sesión de Estrasburgo será una prueba de resistencia antes de un 2026 que promete ser decisivo para su futuro político.