Banco de España aprecia un “sobrecalentamiento” del empleo y ve mejorable el diseño de la prestación de paro

Cobrar el desempleo menos tiempo pero con una prestación de mayor cuantía haría más rápido volver al empleo, según el organismo

MADRID, 10 (EUROPA PRESS)

El Banco de España señala en su Informe anual de 2022 que existen “algunos signos de sobrecalentamiento” en el mercado laboral español, como son el aumento de los puestos de trabajo vacantes y la escasez de demandantes de empleo en determinados sectores.

Pese a estos indicios y a la “vigorosa” recuperación de la actividad en 2021 y 2022, el organismo llama la atención sobre el mantenimiento de la tasa de paro en España en el entorno del 13%, frente al 7% del promedio de la eurozona.

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La institución reconoce que las elevadas tasas de paro que la economía española ha mostrado a lo largo de las últimas décadas presentan un “elevado componente estructural”, pues incluso durante la fase de “intenso crecimiento” que se experimentó de 2000 a 2007, la tasa de desempleo no bajó del 8%.

Al mismo tiempo, señala que una tasa de empleo “persistentemente baja” como la española es “el otro gran factor” que explica la falta de convergencia de la economía para alcanzar el nivel de renta per cápita del área euro. Así, resalta que elevar la tasa de empleo resulta “especialmente relevante” en un contexto de envejecimiento de la población y de tendencia a la caída de las horas trabajadas.

Aunque la brecha se ha ido cerrando progresivamente, el diferencial de la tasa de empleo española y de la eurozona aún alcanzaba el 4,7% a finales de 2022. Manteniendo constante el resto de los elementos de la economía, “cerrar esta brecha podría suponer, para España, aumentar el empleo en 1,3 millones de puestos de trabajo adicionales”, sostiene la institución.

MEJORAR EL DISEÑO DE LAS PRESTACIONES CONTRIBUTIVAS POR DESEMPLEO

Dada la persistencia de la tasa de paro española en niveles elevados y de la tasa de empleo en niveles bajos, el Banco de España insta una revisión “exhaustiva” de las políticas activas y pasivas de empleo, pues considera que la mejora de ambos elementos elevaría las posibilidades de reengancharse al mercado laboral de las personas que han perdido su puesto de trabajo.

De hecho, la institución analiza en qué medida ayudaría a este objetivo un cambio en las prestaciones contributivas por desempleo, que suponen casi el 70% del gasto en políticas pasivas de empleo.

A estas prestaciones pueden acceder todos los trabajadores que pierden su empleo de forma involuntaria y han cotizado al menos un año desde la última prestación. Su duración máxima es de cuatro meses a dos años, dependiendo del tiempo cotizado, y su cuantía inicial equivale al 70% del salario medio cotizado en los últimos seis meses trabajados y al 60% a partir del séptimo mes de prestación.

A estos importes se les aplican unos máximos y mínimos, que dependen de la situación familiar, y que actualmente oscilan entre 560 y 749 euros mensuales, como mínimo, y entre 1.225 y 1.575, como máximo.

A partir de la Muestra Continua de Vidas Laborales, el Banco de España analiza las prestaciones contributivas por desempleo observadas en la economía española entre 1987 y 2019 y concluye que aproximadamente la mitad tenían una duración potencial máxima muy corta, de cuatro o seis meses, mientras que el 18% presentaban una duración potencial de 22 o 24 meses, con un mayor peso relativo entre sus beneficiarios de hombres, personas de mayor edad y con mayor cualificación.

Aproximadamente la mitad de las prestaciones de cuatro meses analizadas en la muestra se agotaron antes de que su beneficiario hubiese retornado al empleo. Incluso en las duraciones más largas, un 18% de los beneficiarios agotaron su prestación. El Banco de España señala que el porcentaje de prestaciones que se agotan no depende sólo de la duración potencial de éstas, sino también del momento cíclico de la economía, aunque las diferencias en ese sentido “no son muy significativas”.

En la muestra considerada por la institución, la probabilidad mensual de reentrada al empleo para un joven de entre 16 y 25 años es del 8,4%, mientras que para los mayores de 55 años es del 5%. Diferencias similares se encuentran entre momentos de expansión económica (7,6%) y recesiones (5,6%), entre los trabajadores de mayor cualificación (8,6%) y el resto (6,9%), y entre hombres (8,1%) y mujeres (6%).

Haciendo un ejercicio de simulación que implicaría acortar un 5% la duración potencial de las prestaciones por desempleo a cambio de elevar dos puntos la base reguladora sobre la que se calculan (del 70% al 72% y del 60% al 62%), el Banco de España señala que las probabilidades de reincorporación al empleo se elevan para todos los colectivos, siendo el incremento mensual promedio de dicha probabilidad de 0,11 puntos, aproximadamente.

En todo caso, apunta que este impacto positivo sería mayor para los beneficiarios con menos estudios y los de mayor edad y no diferiría de forma apreciable según la posición cíclica de la economía (expansión o recesión).

“Los resultados de este ejercicio analítico apuntan a que podría existir un cierto margen de mejora en el diseño de las prestaciones por desempleo”, sostiene el Banco de España, que añade que este ejercicio de simulación permite además identificar qué colectivos se verían potencialmente más afectados por los cambios en el esquema de protección, “de manera que podrían articularse diferentes medidas compensatorias para tratar de neutralizar cualquier posible efecto adverso que llegara a producirse”.

En todo caso, la propia institución recomienda una “interpretación prudente” de los resultados de esta simulación, entre otras cosas porque el análisis finaliza en 2019, antes de la pandemia y antes de la reforma del mercado laboral que entró en vigor a finales de 2021.

PIDE UNA MAYOR EFECTIVIDAD DE LAS POLÍTICAS ACTIVAS DE EMPLEO

En este sentido, el Banco de España considera que aún no es posible valorar con precisión el impacto de dicha reforma sobre las dinámicas del mercado de trabajo y apunta que, para hacerlo de manera rigurosa, será necesario medir su impacto “en múltiples dimensiones”, desde una perspectiva temporal amplia y con “la mayor granularidad posible”.

La institución recuerda además que la probabilidad de reentrada al mercado laboral está “muy condicionada” también por el diseño y la efectividad de las políticas activas de empleo.

En este punto y con el fin de que los servicios públicos de empleo desempeñen un papel más relevante en la intermediación laboral y sus actividades de formación e inserción laboral sean más efectivas, el Banco de España aboga por un perfilado profesional apropiado de los desempleados, una evaluación “rigurosa” de los programas de formación e inserción laboral, y la adecuación de los recursos destinados a estos programas a los resultados de la evaluación.

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