“China jamás mostrará debilidad económica: Europa es el actor débil en la guerra comercial”. Onji
Paco Arnau, analista internacional de redes y medios, destaca que en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, si ambos países cortan su comercio, Estados Unidos sería el principal perjudicado. China tiene la ventaja de un mercado interno masivo y en crecimiento, y puede diversificar sus relaciones comerciales con países de Asia, Rusia y los BRICS. Mientras tanto, Estados Unidos no tiene opciones claras para reemplazar lo que importa de China, y tendría que reconvertir su economía industrial desde cero, lo cual sería muy difícil.
Aboud Onji, analista geopolítico, resalta que, aunque China y Estados Unidos están en conflicto, están dividiendo el mundo en dos bloques económicos separados, cada uno creciendo por su cuenta pero sin interferir en el otro. Considera que este modelo de división será clave en el futuro cercano.
Armando Jiménez, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Francisco de Vitoria, añade que esta confrontación va más allá de un simple desacuerdo comercial y tiene un fuerte componente geopolítico. China está desafiando el dominio económico de Estados Unidos, que sigue controlando el 60% de la economía global con su moneda, el dólar. A medida que los BRICS, especialmente China, intentan incrementar su poder económico, esta lucha de poder se traduce en un conflicto de largo plazo con consecuencias globales. Además, menciona que Europa, como parte del sistema económico global, juega un papel crucial en este enfrentamiento, y que las alianzas geopolíticas y económicas se intensificarán.