Claves del día: Trump quiere la “rendición incondicional”, Irán responde y el desafío de la FED
Irán ha amanecido sin señales de la ofensiva anunciada que, según altos cargos del régimen, “sería recordada por siglos”. La noche transcurrió sin una operación militar de gran escala por parte de Teherán. Israel, por su parte, ha declarado que su sistema de defensa aérea interceptó con éxito los misiles lanzados y que los únicos daños visibles son restos de proyectiles en un estacionamiento de Tel Aviv. Sin embargo, medios iraníes han informado de un masivo incendio tras un ataque israelí al complejo de producción de misiles, al sureste de Teherán, así como de explosiones cerca del barrio Faz. El control del espacio aéreo sigue siendo una disputa: Irán afirma tener el control del cielo israelí, mientras que Israel lo niega y asegura tener superioridad aérea sobre territorio iraní.
En paralelo, el presidente estadounidense Donald Trump ha emitido declaraciones contundentes desde el Air Force One, reafirmando que Irán no debe adquirir armas nucleares y exigiendo una “rendición incondicional” del régimen de los ayatolás. Aunque aún no está claro si EE. UU. tomará una postura activa en el conflicto, se especula con el inminente envío de misiles antibúnkeres a Israel, lo que incrementaría la presión sobre las instalaciones nucleares iraníes. Trump también insinuó conocer la ubicación del líder supremo iraní, Ali Jamenei, calificándolo como un “objetivo fácil”, aunque evitó confirmar si habrá acción directa. El Consejo de Seguridad Nacional de EE. UU. se mantiene reunido, mientras la comunidad internacional sigue atenta a una posible escalada del conflicto en Medio Oriente.
La Reserva Federal de EE. UU. mantiene expectativas de no cambiar los tipos de interés en su reunión de hoy. Sin embargo, el mercado estará atento a señales sobre una posible reducción en 2025-2026 que podría aliviar tensiones económicas y calmar a los inversores.
La deuda pública de Estados Unidos sigue siendo una preocupación creciente. Recientemente, el gobierno flexibilizó las normas de capital para que los bancos puedan comprar más bonos del Tesoro, ante la falta de demanda de inversores extranjeros. Esta medida busca evitar un posible pánico financiero y asegurar la estabilidad del mercado de deuda, que enfrenta un muro de maduración cercano a los 7 billones de dólares.