Claves del día de Jose Antonio Vizner
No hay duda de que el presidente Donald Trump se ha convertido en el actor clave del tablero geopolítico actual. Tras cumplir 100 días de mandato, con un repunte económico que él mismo reconoce como imperfecto pero tangible, la atención ahora se centra en un objetivo mayor: la paz en Ucrania. Y es que, aunque Trump viaja a Arabia Saudí para abordar temas energéticos y de defensa, la verdadera batalla diplomática se juega este jueves en Estambul.
Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, lo tiene claro. Desde sus redes sociales ha instado directamente a Trump a acudir a Turquía y respaldar las conversaciones con Vladimir Putin. Él sabe que la sola presencia del líder estadounidense puede cambiar el rumbo del conflicto. El enviado especial de EE.UU., Steve Witkoff, ya dejó caer un ultimátum: si no hay avances concretos, Estados Unidos podría retirarse de la mesa. Así de serio es el asunto.
Mientras tanto, China también se mueve. Xi Jinping habla de una paz “justa” y lanza advertencias a Washington sobre hegemonía y aislamiento. Es un lenguaje cargado de intención. Pekín no quiere quedarse fuera del nuevo orden postbélico. Pero el eje de la decisión está en Moscú… y en Mar-a-Lago. Rusia aún no confirma si Putin asistirá a Estambul, pero hay una realidad que pocos se atreven a decir en voz alta: si Trump va, Putin irá. Y si ambos se sientan, el mundo podría estar ante la primera conversación real hacia el fin de la guerra.
Trump lo dejó caer en su último mensaje: “Vamos a viajar a Arabia Saudí, Emiratos y Qatar. Pero lo importante es el jueves. Esa reunión entre Rusia y Ucrania es crucial. Yo he insistido en que se celebre. Podemos evitar más sangre. Podemos cambiar las cosas”.
La pregunta que me hago, como tantos otros, es sencilla: ¿irá Trump a Turquía? Zelenski advierte que Rusia guarda silencio. Erdogan, por su parte, ha hecho todo lo posible para convocar a las partes: “Turquía es el único país que goza de la confianza de todos. Esta es una nueva ventana de oportunidad”, dijo.
Y tiene razón. Esta vez la oportunidad está ahí. Pero todo depende de una silla vacía. Y de si Donald Trump decide ocuparla.