“México y Canadá están toreando a Trump con total destreza: Europa tiene que aprender”. Garvía
Luis Garvía Vega, director del máster de riesgos en ICADE, recuerda que, antes de la llegada de Trump, el sistema arancelario ya beneficiaba a Europa en algunos sectores clave, lo que explicaría la voluntad estadounidense de reequilibrar la balanza. Aun así, sostiene que el principal problema de la Unión no es económico, sino político: la falta de una posición fiscal y estratégica común debilita su capacidad de respuesta unificada.
Garvía alerta de que Trump podría explotar esas divisiones internas del bloque comunitario para forzar acuerdos bilaterales ventajosos, una táctica que ya ha puesto en marcha en otras regiones. A su entender, la fragmentación de Europa, tanto en política exterior como en defensa, representa una vulnerabilidad estructural. Recuerda, por ejemplo, que la OTAN cuenta con 17 tipos distintos de tanques fabricados por países europeos, lo que contrasta con la eficiencia y la unidad logística de Estados Unidos. Esa falta de coordinación, dice, es una metáfora perfecta del desafío que enfrenta Europa: responder con una sola voz frente a una estrategia comercial agresiva y calculada.