Una arquitectura de seguridad hecha trizas y la hora de la claridad moral

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Una arquitectura de seguridad hecha trizas y la hora de la claridad moral

El sistema internacional está entrando en una fase de desorden estructural en la que ya casi nada se sostiene sobre la fuerza de las normas, sino sobre la voluntad desnuda de los Estados y, cada vez más, sobre el poder corrosivo de actores criminales transnacionales. Mientras las democracias discuten, se fragmentan y se enredan en guerras culturales suicidas, las potencias revisionistas y los regímenes mafiosos avanzan con decisión.

En estas últimas 24 horas lo hemos visto con una nitidez inquietante:

  • Rusia presume de haber tomado Pokrovsk y Vovchansk, parte de una estrategia coherente —y brutal— que persigue redibujar el mapa europeo por la fuerza.

  • Ucrania intenta negociar su supervivencia sin entregar su dignidad, mientras Europa corre el riesgo de ser reducida a figurante en un acuerdo bilateral entre Washington y Moscú.

  • En Minnesota, en pleno corazón de Estados Unidos, afloran indicios de que fondos públicos habrían servido de canal para financiar, siquiera indirectamente, a Al Shabab, organización yihadista somalí vinculada a Al Qaeda, en un contexto político marcado por el radicalismo identitario del entorno de Ilhan Omar.

  • En Honduras, dos candidatos conservadores se disputan voto a voto la presidencia, mientras la izquierda radical queda fuera de la segunda vuelta y reacciona con su furia habitual. A la vez, el indulto anunciado para el expresidente Juan Orlando Hernández va ligado a información sensible sobre la cooperación entre el narco y el régimen de Maduro.

  • En el Caribe y el entorno de Venezuela, la Casa Blanca defiende ante una opinión pública dividida la legalidad y legitimidad de los ataques contra supuestas narcolanchas vinculadas al narco-Estado chavista, incluidos segundos ataques (follow-on strikes) que algunos intentan presentar falazmente como excesivos.

  • La revolución farmacológica de los GLP-1 y de la tirzepatida entra en fase política: la OMS avala su uso para tratar la obesidad, al tiempo que se acerca el fin de patentes clave que abaratarán el acceso y reordenarán la economía de la salud.

  • En Siberia, hasta 100 km de atasco en la autopista de Baikal, con temperaturas de hasta –30 ºC, recuerdan que la Rusia real no se parece en nada a la imagen de potencia todopoderosa que proyecta el Kremlin.

En este contexto, la línea editorial que guía este informe es nítida y sin ambigüedad:

  • Condena absoluta de la agresión rusa y de cualquier intento de premiar la conquista de territorios por la fuerza.

  • Apoyo decidido a Ucrania, también cuando algunos aliados se cansan o se dejan seducir por la falsa paz del cansancio.

  • Firmeza total contra el narco-Estado venezolano y defensa clara de las operaciones contra narcolanchas.

  • Crítica directa a Ilhan Omar y al ala radical del Partido Demócrata por su irresponsabilidad y su tolerancia hacia dinámicas que facilitan la infiltración islamista.

  • Crítica solo moderada a Trump en el capítulo de negociaciones con Rusia; en todo lo demás, reconocimiento explícito a la lógica de mano dura frente al narcotráfico y al terrorismo.

Sobre esta base, desarrollamos las diez noticias clave del día.

 

 1. Estrategia rusa en Ucrania: guerra de desgaste para imponer una “paz” de derrota

Desde 2022, la estrategia rusa combina tres vectores:

  1. Destrucción sistemática de infraestructuras críticas ucranianas, con especial atención a la energía y a la logística.

  2. Guerra de desgaste humano, en la que la vida del soldado ruso es un recurso prescindible, mientras se agota la capacidad de movilización ucraniana.

  3. Presión diplomática sobre Occidente para forzar una “paz” que consolide las conquistas territoriales y humille a Kiev, enviando un mensaje inequívoco a Europa del Este: Moscú manda, y el resto se adapta.

En los últimos meses, Putin ha reforzado la producción militar, ha intensificado la cooperación con Irán, Corea del Norte y, de forma más sofisticada, con China, y ha aprovechado cada fisura en el frente político occidental, incluida la fatiga de ciertas opiniones públicas y el cálculo electoral de algunos gobiernos.

Implicaciones

Rusia no busca una paz justa, sino una paz de derrota para Ucrania y de humillación para Europa. Quiere imponer la idea de que el uso de la fuerza para cambiar fronteras es aceptable si se hace con suficiente brutalidad y paciencia.

Aceptar eso sería dinamitar la arquitectura de seguridad europea levantada tras 1945. Significaría decir a todos los revisionistas —desde Pekín a Teherán— que la comunidad internacional se indigna unos meses, impone unas sanciones, pero termina tragándose el hecho consumado.

Europa debe entender de una vez que en Ucrania se juega su seguridad, no un conflicto lejano. Si se consagra el triunfo parcial de Putin, el siguiente escenario será Moldavia, el Báltico o incluso los Balcanes. La guerra actual es la primera batalla de una guerra más larga por el futuro del continente.

 

2. Pokrovsk y Vovchansk: avances rusos en el frente y diplomacia de algo riesgo

Hechos

En este contexto, el anuncio ruso de la captura de Pokrovsk, un nodo logístico fundamental en el Donbás, y de Vovchansk, en la región de Járkov, encaja en esa lógica de guerra de desgaste. Los mandos militares han informado a Putin de esos supuestos éxitos, mientras Kiev insiste en que todavía hay combates urbanos.

Al mismo tiempo, Zelenski se reúne en París con Emmanuel Macron para recabar apoyo europeo en un momento crítico, mientras el enviado estadounidense Steve Witkoff se prepara para viajar a Moscú a discutir el plan de paz impulsado desde Washington.

Implicaciones

Rusia intenta llegar a la mesa con el máximo terreno controlado, para transformar la negociación en un reparto de botín. Es la vieja táctica soviética con envoltorio moderno: avanzar en el terreno todo lo que se pueda, y después congelar la situación con un acuerdo que legitime los hechos consumados.

La preocupación es doble:

  • Que Moscú presente Pokrovsk y Vovchansk como prueba de que “Occidente ya ha perdido”.

  • Y que algunos en Washington y en Europa estén tentados de aceptar una especie de “coreanización” del conflicto: línea de separación, garantías ambiguas y tiempo para que la atención internacional se desvíe hacia otra parte.

Nuestra crítica a Trump aquí debe ser precisa, no panfletaria: es legítimo que busque un final a la guerra; lo que no puede hacer es forzar a Ucrania a aceptar amputaciones territoriales ni una reducción drástica de sus fuerzas armadas a cambio de una paz precaria. Cualquier intento de hacerlo sería un error moral y estratégico.

 

3. Minnesota: posible canal de fondos públicos hacia Al Shabab y el desastre del radicalismo identitario

Hechos

En Minnesota se ha abierto una investigación federal sobre un entramado de fraude vinculado a programas sociales —incluido el famoso caso “Feeding Our Future”— que ya supuso el mayor escándalo de corrupción de ayudas alimentarias en la historia del estado.

Ahora, una investigación publicada por el think tank City Journal y ampliada por diversos medios conservadores sugiere que una parte del dinero desviado podría haber terminado, directa o indirectamente, en manos de redes asociadas a Al Shabab, la rama somalí de Al Qaeda. Legisladores republicanos han pedido formalmente una investigación federal a fondo, y la Secretaría del Tesoro ha anunciado que examinará si fondos de programas de vivienda y otros servicios han sido utilizados como canal hacia estructuras vinculadas al terrorismo.

Todo esto sucede en el estado que es, simbólicamente, el feudo político de Ilhan Omar, icono del ala radical del Partido Demócrata, cuya retórica se ha caracterizado por un victimismo identitario agresivo, por la demonización de casi toda política de seguridad como “islamófoba” y por una hostilidad notoria hacia Israel y la política antiterrorista clásica de Estados Unidos.

Implicaciones

Si se confirma que fondos del contribuyente han terminado en manos de una organización yihadista, estaríamos ante un fracaso monumental del Estado y de su clase política. Y una parte de esa responsabilidad es política, aunque no penal:

  • Se ha creado un clima en el que cualquier intento de aplicar controles rigurosos a programas que afectan a determinadas comunidades es tachado automáticamente de racista.

  • Se ha enviado el mensaje de que la supervisión es sospechosa y que el buenismo identitario está por encima de la seguridad nacional.

El resultado es devastador: Al Shabab podría haberse beneficiado de la debilidad de un sistema que tenía miedo de enfrentarse al radicalismo por temor a ser acusado de discriminación.

Nuestra línea es clara: Ilhan Omar y el ala radical del Partido Demócrata representan una deriva irresponsable que desarma al Estado frente al extremismo islamista. No se trata de estigmatizar comunidades enteras, sino de recordar una obviedad: el terrorismo se infiltra precisamente allí donde la ideología impide hacer controles realistas.

Europa haría bien en mirar este caso como un espejo de advertencia: los mismos patrones se están viendo en determinados barrios de París, Bruselas, Londres y Estocolmo.

 

4. Honduras: empate técnico entre conservadores, izquierda radical fuera de juego e indulto estratégico a Juan Orlando Hernández

Hechos

En las elecciones generales de Honduras, con algo más de la mitad de los votos escrutados, los resultados provisionales muestran un empate técnico entre los dos candidatos conservadores:

  • Nasry Asfura, respaldado abiertamente por Donald Trump, alrededor del 41 %.

  • Salvador Nasralla, ligeramente por detrás, cerca del 39 %.

La candidata izquierdista Rixi Moncada, vinculada al espacio de la antigua presidenta Xiomara Castro y a la órbita bolivariana, queda en tercera posición, fuera de la segunda vuelta.

En paralelo, el anuncio de que Trump concederá un indulto al expresidente Juan Orlando Hernández (JOH) —condenado en Estados Unidos por narcotráfico— se ha interpretado como parte de una estrategia para obtener información clave sobre la cooperación del narco centroamericano con el régimen de Maduro y el Cartel de los Soles.

Implicaciones

Lo primero que hay que decir sin rodeos es que no estamos ante una democracia “intervenida”, sino ante la ferocidad de una izquierda radical que no acepta su derrota. La reacción inmediata de sectores vinculados a Moncada ha sido insinuar fraude, pese a que los resultados reflejan claramente una preferencia mayoritaria por candidatos que se presentan como muro de contención frente al modelo bolivariano.

En cuanto al indulto a JOH, no se trata de una absolución moral, sino de una decisión política basada en el valor estratégico de la información que puede aportar. Si sus declaraciones permiten desmantelar parte de la red de colaboración entre carteles centroamericanos y la cúpula del chavismo, el impacto geopolítico será enorme.

En este contexto, la intervención de Trump apoyando abiertamente a Asfura es perfectamente legítima. Los líderes de todo el mundo señalan sus preferencias en elecciones de países aliados; solo cuando lo hace un presidente estadounidense de línea dura contra el narco se levanta la habitual ola de indignación selectiva.

Honduras se ha convertido en un tablero crucial: o consolida un gobierno decidido a cooperar seriamente con Estados Unidos contra el narcotráfico, o se desliza hacia la órbita de los regímenes que han hecho del narco un modo de vida estatal.

 

5. Consejo de Seguridad Nacional y ataques a narcolanchas: legalidad, legitimidad y la máscara de Maduro

Hechos

En Washington, el Consejo de Seguridad Nacional ha discutido la siguiente fase de la campaña contra el tráfico de drogas que parte de puertos venezolanos y del entorno del Caribe. Forma parte de una estrategia que ya ha destruido más de veinte embarcaciones sospechosas desde septiembre, con un balance de al menos decenas de muertos.

La Casa Blanca sostiene que esos ataques forman parte de una operación de legítima defensa frente a una amenaza directa a la seguridad de Estados Unidos, y ha defendido incluso los llamados “segundos ataques” (follow-on strikes) sobre embarcaciones previamente neutralizadas cuando seguían representando un riesgo.

El régimen de Maduro, como era de esperar, denuncia una “masacre de civiles” y presenta a las narcolanchas como barcos inocentes, mientras trata de azuzar el miedo a una invasión estadounidense para cohesionar a su base y desviar la atención de la verdadera naturaleza de su régimen: una organización mafiosa y narcoterrorista.

Implicaciones

Aquí no caben equidistancias:

  • Las narcolanchas no son “pescadores” ni “civiles indefensos”. Son instrumentos de redes criminales asociadas al Cartel de los Soles y a otros grupos que han convertido a Venezuela en un narco-Estado.

  • Los ataques forman parte de una política de contramedidas armadas contra organizaciones que envían veneno a las calles de Estados Unidos y de Europa.

Lo llamativo es la reacción de ciertos sectores europeos, raudos en condenar estas operaciones pero extrañamente silenciosos cuando, durante años, otras administraciones practicaban ataques selectivos con drones en países soberanos. Esa doble vara de medir es insostenible moralmente.

Nuestra posición es inequívoca:

👉 apoyamos la política de mano dura contra las narcolanchas y consideramos perfectamente legítima la presión múltiple contra el régimen de Maduro, siempre que se respeten los principios básicos del derecho internacional humanitario.

Lo que no es aceptable es el intento de Maduro de presentarse como víctima cuando, en realidad, su régimen actúa como sindicato del crimen organizado con bandera y asiento en la ONU.

 

6. Escalada potencial en Venezuela: acumulación militar y la doctrina de disuasión total

Hechos

Al mismo tiempo que defiende los ataques a las narcolanchas, la administración Trump supervisa un refuerzo del dispositivo militar en el Caribe y en las proximidades de Venezuela: presencia naval, capacidad aérea reforzada y despliegue de medios de inteligencia y vigilancia.

Diversas filtraciones y declaraciones del propio presidente apuntan a que “todas las opciones están sobre la mesa”, incluidas operaciones limitadas en territorio venezolano dirigidas contra infraestructuras críticas del narcotráfico. Trump ha llegado a hablar de la posibilidad de actuaciones “muy pronto” contra bases logísticas de carteles que operan bajo protección del chavismo.

Implicaciones

Una operación terrestre, aunque sea limitada y focalizada, supondría un salto cualitativo en la confrontación con el régimen de Maduro. Implicaría:

  • Riesgo de enfrentamiento con fuerzas regulares venezolanas y milicias armadas.

  • Posible reacción asimétrica contra intereses estadounidenses y europeos en la región.

  • Fuerte impacto sobre los mercados energéticos si se ven afectadas infraestructuras petroleras.

Sin embargo, también hay que decir lo que muchos callan: la pasividad ante un narco-Estado de estas dimensiones es aún más peligrosa a largo plazo. Se ha permitido que Venezuela se convierta en santuario de:

  • Carteles latinoamericanos.

  • Grupos afines a Hezbollah.

  • Redes de lavado de dinero con ramificaciones en tres continentes.

Trump, con todos sus excesos retóricos, ha entendido algo esencial: la amenaza del narco-Estado venezolano no se resuelve con comunicados, sino con una combinación de presión diplomática, asfixia económica y disuasión militar creíble. Nuestra crítica, en todo caso, debe concentrarse en asegurar que cualquier acción respete la proporcionalidad y evite errores que puedan ser explotados propagandísticamente. Pero en la línea de fondo —la necesidad de plantar cara a Maduro— no hay matices: hay que hacerlo.

 

7. Patentes que caducan y fármacos contra la obesidad: una bomba de relojería sanitaria y económica

Hechos

En paralelo a este torbellino geopolítico, se está produciendo una transformación silenciosa pero colosal en el campo de la salud:

  • La OMS ha publicado por primera vez directrices que respaldan el uso de terapias basadas en GLP-1 —como la semaglutida y la tirzepatida— para tratar la obesidad en adultos con un IMC superior a 30, siempre como parte de un enfoque integral con dieta y ejercicio.

  • La semaglutida, principio activo de Ozempic y Wegovy, está empezando a perder protección de patente en mercados como China e India desde 2026, mientras que en Europa y Estados Unidos la exclusividad se extiende en torno a 2031-2032.

  • La tirzepatida, base de Mounjaro y Zepbound, mantiene patentes sólidas hasta 2036 y más allá en varias jurisdicciones, aunque ya se anticipa una carrera por desarrollar competidores y genéricos cuando llegue su “patent cliff” (fin de exclusividad).

Estas moléculas, inicialmente concebidas para diabetes tipo 2, se han convertido en superventas globales, capaces de provocar pérdidas de peso del 15-22 % en ensayos clínicos.

Implicaciones

Las consecuencias geopolíticas y socioeconómicas son enormes:

  1. Salud pública y gasto sanitario

    Si los precios bajan de forma sustancial a medida que pierden exclusividad y entran en escena genéricos o biosimilares, los sistemas sanitarios podrán financiar a mayor escala tratamientos que hoy son prohibitivos para la mayoría. Eso puede traducirse en:

    • Menos diabetes tipo 2.

    • Menos cardiopatías y accidentes cardiovasculares.

    • Menos gasto hospitalario a medio y largo plazo.

  2. Riesgo de “medicalización total” del problema

    El peligro evidente es que la sociedad adopte una mentalidad de “pinchazo salvador” y renuncie a abordar las causas estructurales:

    • Dietas ultraprocesadas.

    • Sedentarismo.

    • Urbanismo hostil a la vida activa.

  3. La OMS lo ha recordado con acierto: estos fármacos no son una varita mágica, sino una herramienta que debe integrarse en una estrategia de salud integral.

  4. Batalla industrial y tecnológica

    Las farmacéuticas europeas han perdido terreno frente a gigantes como Novo Nordisk y Eli Lilly. La fase de pérdida de exclusividad ofrecerá una oportunidad a fabricantes de genéricos, especialmente en Asia, para irrumpir con fuerza en un mercado de cientos de miles de millones de dólares.

  5. Dimensión política

    La decisión sobre cuánto, cómo y a quién financiar estos fármacos no será solo técnica, sino profundamente política. Hay un riesgo real de que se generen nuevas brechas de desigualdad: acceso masivo para élites y clases medias altas, acceso limitado para los más vulnerables.

Estamos, en definitiva, ante un cambio que afectará a la economía, a la demografía y a la política sanitaria de todo el mundo desarrollado. La cuestión no es si estos fármacos se generalizarán, sino en qué condiciones y bajo qué reglas.

 

8. Francia promete “pleno apoyo” a Ucrania: la batalla por la centralidad europea

Hechos

En París, Emmanuel Macron y Volodímir Zelenski han escenificado una vez más el compromiso francés con la causa ucraniana. El presidente francés ha insistido en que “la paz debe ser seria, respetuosa del derecho internacional y sostenible”, y ha subrayado que cualquier acuerdo debe contar con el consentimiento de Kiev y garantizar su seguridad a largo plazo.

Francia impulsa, junto con Reino Unido, la llamada “Coalición de los Dispuestos” (Coalition of the Willing), que se plantea tanto aumentar el apoyo militar como, en su momento, articular una Fuerza Multinacional – Ucrania con funciones de estabilización tras un eventual acuerdo.

Implicaciones

Macron busca rescatar el papel de Francia como potencia de equilibrio en Europa, pero tiene que lidiar con varias tensiones:

  • La percepción en Europa del Este de que París ha sido ambigua demasiadas veces.

  • El temor de algunos socios a que la “autonomía estratégica” francesa se convierta en un eufemismo para un distanciamiento de Estados Unidos.

  • La sospecha de que, pese a la retórica dura, Europa sigue dependiendo por completo del paraguas estadounidense.

Sin embargo, esta vez hay una diferencia importante: Francia, Alemania, Reino Unido y otros socios han explicitado que las fronteras no pueden cambiarse por la fuerza y que cualquier paz que legitime la agresión rusa es inaceptable.

Si esa línea se mantiene, Europa aún puede salir de esta crisis con algo de dignidad y con la posibilidad de reconstruir un papel estratégico propio. Si se diluye, el mensaje para Moscú y para otras potencias autoritarias será devastador.

 

9. El atasco de hasta 100 km en Siberia: la Rusia real bajo la nieve

Hechos

Mientras Putin se presenta como señor del tablero geopolítico, la Rusia real ha vuelto a quedar al desnudo por un fenómeno que se repite casi cada invierno: un colosal atasco en una de sus grandes arterias.

En la autopista de Baikal, parte del eje Transiberiano, miles de vehículos han quedado atrapados durante horas y, en algunos casos, días, en una cola que ha llegado a extenderse hasta unos 100 km, con temperaturas cercanas a –30 ºC. Las autoridades reconocen que hubo problemas de coordinación, accidentes por violación de normas básicas y familias con niños a las que empezaban a escasear combustible, agua y alimentos.

Implicaciones

La imagen es poderosa y simbólica: mientras el Kremlin habla de “gran potencia” y sueña con imperios revividos, su Estado es incapaz de garantizar servicios elementales a su población en una arteria estratégica.

No es un accidente aislado. Es el resultado de:

  • Décadas de corrupción en infraestructuras.

  • Desinversión crónica en servicios públicos.

  • Una prioridad absoluta del gasto militar sobre cualquier otra consideración.

Para la población rusa, estos episodios alimentan un malestar difuso: la sensación de que el Estado solo aparece como aparato represivo o como maquinaria propagandística, pero no como garantía de bienestar. No veremos una “primavera rusa” inmediata, pero sí una erosión lenta de la legitimidad interna del régimen, sobre todo si la guerra en Ucrania se percibe cada vez más como un agujero negro de recursos.

 

10. Ucrania, corrupción y resiliencia institucional: limpiar la casa en plena guerra

Hechos

Mientras combate en el frente y negocia con sus aliados, Ucrania intenta también hacer lo que durante años se le exigió y muchos creían que nunca haría: depurar su propio sistema.

En los últimos meses, escándalos de corrupción han sacudido las élites políticas y militares, obligando a dimisiones de alto nivel y a investigaciones que en el pasado se habrían bloqueado. Zelenski ha tenido que equilibrar la necesidad de presentar una imagen de limpieza institucional ante sus aliados con el riesgo de desestabilizar una estructura política sometida a una presión existencial.

Implicaciones

Paradójicamente, estos escándalos —que algunos aprovechan en Europa para decir “ya lo sabíamos, son corruptos”— son también prueba de que Ucrania intenta romper con el patrón postsoviético. No se trata de un país perfecto ni mucho menos; se trata de un país que, en medio de la guerra, se atreve a tocar intereses intocables.

Para la Unión Europea y para Estados Unidos, esto debería ser un argumento a favor de mantener el apoyo, no una excusa para retirarlo. Si Ucrania gana la guerra pero pierde la batalla contra la corrupción, será un Estado herido y frágil. Si logra avanzar en ambas, se convertirá en un ejemplo incómodo para muchos vecinos, empezando por la propia Rusia.

 

RACK DE MEDIOS

  • Anglosfera (NYT, Washington Post, AP, Reuters, The Economist, CBS, PBS)

    Dan amplia cobertura a la captura de Pokrovsk y Vovchansk, subrayando la gravedad de la situación militar y el delicado equilibrio de las negociaciones lideradas por Washington. En el escándalo de Minnesota, la prensa más próxima al establishment demócrata se mueve con cuentagotas, mientras medios conservadores ponen el foco en el rol de Ilhan Omar y el auge de un radicalismo identitario que dificulta la lucha contra el terrorismo.

  • Prensa europea (Le Monde, FAZ, Die Welt, Corriere, El País, FT)

    Insisten en la necesidad de una paz “justa” en Ucrania, pero se perciben tensiones internas entre quienes quieren mantener la presión sobre Moscú y quienes suspiran por un acuerdo rápido, aunque sea a costa de Kiev. Cobertura relativamente tímida del escándalo de Minnesota y muy dividida respecto a los ataques a narcolanchas.

  • Medios latinoamericanos (Reforma, El Mercurio, Clarín, medios hondureños)

    Se concentran en las elecciones hondureñas, la irrupción del factor Trump en la campaña y el debate sobre el indulto a Juan Orlando Hernández. En Venezuela, la línea es más ambigua: se describe la acumulación militar estadounidense con preocupación, pero cada vez hay más medios que hablan del chavismo como lo que es, un narco-Estado desbocado.

  • Prensa de Oriente Medio (Al Jazeera, Al Arabiya, Arab News, Asharq Al Awsat)

    Observa con inquietud la posible desestabilización de los mercados energéticos si la crisis venezolana escala, al tiempo que sigue con atención las negociaciones en torno a Ucrania, más por sus repercusiones globales que por empatía con Kiev.

  • Medios rusos (TASS, RT, prensa alineada)

    Presentan Pokrovsk y Vovchansk como una victoria histórica, resaltan la “confusión” de Occidente y minimizan el caos de las carreteras siberianas. El atasco de Baikal apenas merece menciones, y cuando se cita es para presumir de la respuesta de las autoridades, pese a las evidencias de colapso.

  • Medios ucranianos (Ukrainska Pravda, Kyiv Independent)

    Combinan tono grave y combativo: denuncian la agresión rusa, alertan del riesgo de un mal acuerdo y, al mismo tiempo, informan sin tapujos de los escándalos de corrupción internos como prueba de que el sistema, aunque imperfecto, está vivo.

 

SEMÁFORO DE RIESGOS

  • 🟥 Ucrania / Europa oriental – Riesgo MUY ALTO

    Los avances rusos en Pokrovsk y Vovchansk, combinados con un proceso de negociación frágil y desigual, colocan a Ucrania en una situación extremadamente peligrosa. Una paz que acepte cambios territoriales por la fuerza destruiría la credibilidad del orden europeo.

  • 🟥 Venezuela / Caribe – Riesgo MUY ALTO

    El refuerzo militar estadounidense y la posibilidad, cada vez menos teórica, de operaciones terrestres contra infraestructuras del narco-Estado venezolano elevan la tensión a niveles inéditos desde la Guerra Fría en el hemisferio occidental.

  • 🟧 Estados Unidos interno (Minnesota, polarización) – Riesgo ALTO

    El escándalo de Minnesota, la pugna en torno a los ataques a narcolanchas y la batalla cultural entre el ala radical demócrata y sus adversarios profundizan una polarización que erosiona la cohesión interna y complica la política exterior.

  • 🟧 Centroamérica (Honduras, redes del narco) – Riesgo ALTO

    Un resultado controvertido en Honduras o una victoria de fuerzas incapaces de frenar al narco abrirían un corredor de inestabilidad que reforzaría aún más las redes vinculadas al chavismo y a los carteles.

  • 🟨 Economía y salud global (fármacos antiobesidad) – Riesgo / Oportunidad MEDIO-ALTO

    La combinación de patentes que caducan, presión política para abaratar tratamientos y ausencia de una estrategia integral de estilo de vida puede generar tanto una mejora notable de la salud pública como una dependencia excesiva de soluciones farmacológicas.

  • 🟨 Estabilidad interna rusa – Riesgo MEDIO

    La conjunción de guerra prolongada, sanciones, deterioro de infraestructuras y episodios como el atasco de Baikal socavan lentamente la legitimidad del régimen, aunque sin traducirse aún en desafío frontal.