
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha confirmado un nuevo aumento arancelario del 25% a las importaciones de acero y aluminio, eliminando cualquier tipo de exención o excepción para países aliados. La medida, que entrará en vigor el 4 de marzo, busca proteger la industria nacional, pero también podría desencadenar una guerra comercial con países como Canadá, Brasil, México y Corea del Sur, que hasta ahora habían disfrutado de exenciones.
Impacto en la industria y la economía
El nuevo régimen arancelario simplifica las tarifas y endurece las reglas de origen, exigiendo que el acero y aluminio importados sean “fundidos y moldeados” en Norteamérica, lo que evitaría el ingreso de metales de origen chino y ruso que han eludido aranceles previos. Además, los nuevos aranceles se extenderán a productos manufacturados que contengan estos materiales, como estructuras de acero y componentes de aluminio.
Peter Navarro, asesor comercial de Trump, aseguró que estas medidas son parte de una estrategia más amplia para frenar el dumping extranjero, fortalecer la producción nacional y garantizar la seguridad económica del país. Según datos oficiales, la producción de aluminio en EE. UU. se ha reducido significativamente, pasando de 3,7 millones de toneladas en el año 2000 a solo 670.000 toneladas en 2023, lo que ha incrementado la dependencia del país en importaciones, especialmente de Canadá, Brasil y México.
Reacciones y posibles represalias
El anuncio de Trump generó una fuerte reacción en la comunidad internacional. El ministro de Industria de Canadá, François-Philippe Champagne, calificó la medida como “totalmente injustificada”, argumentando que el acero y aluminio canadienses son fundamentales para sectores estratégicos de EE. UU., como la defensa y la automoción.
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, advirtió que la Unión Europea tomará represalias si sus exportaciones son afectadas por estos aranceles, asegurando que implementarán “contramedidas firmes y proporcionadas”.
¿Más aranceles en camino?
Durante la firma de la orden en la Casa Blanca, Trump insinuó que estas nuevas tarifas son solo el primer paso de una política comercial más agresiva, adelantando que en los próximos días podría anunciar nuevos aranceles recíprocos contra países que impongan tarifas a productos estadounidenses. Entre los sectores que podrían verse afectados mencionó la industria automotriz, los semiconductores y los productos farmacéuticos.
Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de represalias por parte de otros países, Trump fue contundente: “No me importa”.
El panorama comercial global se encuentra en una nueva fase de incertidumbre, con Estados Unidos apostando por el proteccionismo y sus socios comerciales preparando sus respuestas. Las próximas semanas serán clave para determinar si estas medidas conducirán a una negociación o a un conflicto comercial a gran escala.