“Trump está apuntando a Rusia con artillería pesada porque Putin le está ganando”. Pitarch
Diego Pitarch, profesor del máster de relaciones internacionales del IE, afirma que las amenazas de Trump ya no sorprenden, pues forman parte de su estrategia habitual de presión. Sostiene que actúa como si cada día fuera una nueva jugada, con cambios de postura constantes. Según Pitarch, la amenaza de imponer nuevas sanciones a Rusia responde a una táctica para llegar más fuerte a la mesa de negociación, aunque duda de su efectividad, ya que Moscú ha soportado sanciones previas sin grandes consecuencias. Además, señala que Trump busca resultados rápidos, mientras que Putin opera con paciencia y a largo plazo.
Carlos Teissier, profesor de negociación y geopolítica en el IEB y en la Universidad de Shanghai, refuerza esta visión al destacar que Trump no negocia desde la reflexión, sino desde la presión. Recuerda cómo el expresidente estadounidense humilla a sus interlocutores para ganar ventaja, como ocurrió con Zelensky. Para Teissier, Trump busca sentar a Putin en una posición de debilidad, algo que considera improbable. Subraya que las sanciones occidentales han tenido poco efecto real, ya que Rusia encuentra apoyo en Asia, donde mantiene alianzas sólidas. En su opinión, la presencia de Trump solo enturbia el proceso, y su retirada facilitaría una posible solución.
Cosme Ojeda, Profesor de RR.II. en CEU San Pablo, aunque coincide en la imprevisibilidad de Trump, sostiene que las sanciones sí tienen efectos, especialmente cuando van acompañadas de decisiones conjuntas, como las anunciadas por Alemania, Francia y el Reino Unido para levantar las restricciones sobre el uso de armas en Ucrania. Critica el enfoque de Trump como negociador, calificándolo de ineficaz y propio de un mal empresario. Ojeda también advierte que, frente a las tácticas de fuerza de Trump, Rusia y China presentan negociadores más preparados y coherentes, lo que deja en desventaja a Estados Unidos.