
El presidente Donald Trump se dirigió a la nación en un discurso en horario de máxima audiencia, abordando una economía estadounidense marcada por señales de alerta. Reconoció que podría haber momentos de dificultad en el futuro cercano, pero defendió su estrategia de aumentar los aranceles como una medida clave para transformar la economía del país.
Las tarifas y la economía: una apuesta arriesgada
Trump justificó el aumento de los aranceles, los más significativos en un siglo, argumentando que generaría “billones y billones” en ingresos y corregiría relaciones comerciales que calificó de injustas. Restó importancia a las posibles consecuencias económicas, refiriéndose a la subida de precios como una “pequeña perturbación” que el país podría superar.
“Los aranceles son para hacer que América vuelva a ser rica y grande”, aseguró. “Habrá una pequeña perturbación, pero lo superaremos. No será mucho”.
A pesar del impacto económico potencial de estas medidas, Trump prefirió centrarse en temas que considera fortalezas políticas, como derechos de personas transgénero, crimen migrante y diversidad, equidad e inclusión, dejando en un segundo plano el impacto de sus políticas en los precios de consumo.
Políticas internacionales y postura frente a Ucrania
Trump también se proyectó como un pacificador en el escenario mundial, a pesar de haber retirado a EE. UU. de diversas instituciones internacionales. Elogió al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, por su disposición a aceptar un acuerdo de recursos naturales, que fue descartado después de una reunión fallida en la Casa Blanca. Asegura el presidente estadounidense que Ucrania está ahora lista para la paz y que sus contactos con Rusia le indican igualmente su predisposición al diálogo. Además, reiteró su exigencia de poner fin al conflicto y expresó dudas sobre la continuidad de la ayuda militar a Kiev.
Inflación y críticas a la administración anterior
Trump abordó la inflación después de 19 minutos de discurso, culpando al expresidente Joe Biden por los altos precios de los bienes básicos, como los huevos, aunque no presentó soluciones concretas para reducir costos. El discurso también estuvo marcado por interrupciones, como el intento del representante demócrata Al Green de interrumpirlo, el cual fue acallado por abucheos republicanos y finalmente escoltado fuera del recinto.
Trump también criticó a los demócratas, afirmando que “podría encontrar la cura para la enfermedad más devastadora y aun así no aplaudirían”.
Medidas comerciales y su impacto en la economía
Horas antes del discurso, Trump anunció aranceles del 25% a Canadá y México, y duplicó los impuestos a China hasta un 20%, lo que podría aumentar la presión económica. Sin embargo, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, mencionó que podría haber alivio arancelario para bienes mexicanos y canadienses bajo el tratado de libre comercio de América del Norte, con un posible acuerdo en los próximos días.
Trump reiteró su postura de aplicar aranceles recíprocos a los países que impongan barreras a los productos estadounidenses. “Lo que ellos nos cobren en aranceles, nosotros se lo cobraremos a ellos”, afirmó. También atacó la Ley Chips y Ciencia de Biden, instando a los legisladores a eliminarla y asegurando que no daría más fondos a los fabricantes de semiconductores.
Historias emotivas y políticas migratorias
Como en ocasiones anteriores, el mandatario utilizó el poder de la narrativa para conectar con la audiencia, presentando historias de invitados especiales, como ciudadanos estadounidenses liberados de secuestros, un niño con cáncer que sueña con ser policía y un estudiante admitido en la Academia Militar de West Point.
En cuanto a la migración, destacó sus políticas de refuerzo de la seguridad fronteriza, el aumento de deportaciones y la clasificación de carteles mexicanos y otras bandas extranjeras como organizaciones terroristas. Pidió al Congreso fondos adicionales para fortalecer el control fronterizo.
Estrategias energéticas y promesas económicas
Trump anunció la creación de una oficina de construcción naval en la Casa Blanca y mencionó su conversación con los directivos de las tres mayores automotrices del país, quienes expresaron preocupación por los aranceles a México y Canadá. Propuso impulsar la producción energética nacional como solución contra la inflación, aunque aún no ha implementado medidas concretas para aumentar la demanda interna de petróleo o reducir los costos de producción.
Sus propuestas energéticas incluyen proyectos complejos que podrían tardar años en completarse, mientras que la industria petrolera sigue escéptica ante una expansión drástica de la producción debido a las pérdidas sufridas durante la pandemia.
Un momento crucial en su presidencia
El discurso llegó en un momento clave para Trump. Su aprobación, positiva tras su victoria electoral en noviembre, ha caído en encuestas recientes. La economía enfrenta desafíos, con la actividad industrial estancada, la inflación persistente y la confianza del consumidor en declive. Los mercados bursátiles también reflejan incertidumbre, con el índice S&P 500 cayendo a su nivel más bajo desde la elección del año pasado.
Trump sigue apostando por medidas ejecutivas para reformar el gobierno y redefinir las relaciones económicas y de seguridad de EE. UU. en el mundo. Sin embargo, sus políticas siguen generando divisiones, incluso dentro de su propio partido.
Reformas fiscales y la respuesta republicana
Entre sus propuestas, destacó la eliminación de impuestos sobre propinas, horas extras y beneficios del Seguro Social para los jubilados, buscando el respaldo del Congreso para extender recortes fiscales implementados durante su primer mandato. Su llamado a reducir el gasto público también ha provocado debates en Washington.
El discurso de Trump mostró a un presidente decidido a implementar su visión, pero también reveló los desafíos que enfrenta en su camino por transformar la economía y la política estadounidense.